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miércoles, 27 de febrero de 2008

GRACIAS A LA VIDA, Violeta Parra




Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro,
Perfecto distingo lo negro del blanco,
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes el hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que, en todo su ancho,
Graba noche y día grillos y canarios;
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
Y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
Con él las palabras que pienso y declaro:
Madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
Con ellos anduve ciudades y charcos,
Playas y desiertos, montañas y llanos,
Y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano;
Cuando miro el bueno tan lejos del malo,
Cuando miro el fondo de tus ojos claros.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
Los dos materiales que forman mi canto,
Y el canto de ustedes que es el mismo canto
Y el canto de todos, que es mi propio canto.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Violeta Parra,
Chile


martes, 26 de febrero de 2008

ALABANZA DEL REVOLUCIONARIO, Bertolt Brecht


Cuando la opresión va a más
Muchos se desmoralizan,
Pero su valor crece.
Él es quien organiza su lucha
Por ese centavo del salario, por el agua del té
Y por el poder dentro del Estado.
Le pregunta a la propiedad:
¿Dé dónde eres?
Le pregunta a las ideas:
¿A quién sirven ustedes?

Allá donde reine el silencio
Hablará él.
Y donde impere la opresión y se hable del destino
Dirá él los nombres.

Allá donde él se siente a la mesa
Se sienta también el descontento.
La comida sabe mal
Y se reconoce que el cuarto es estrecho.

Allá donde lo persigan
Allá irá la rebelión y allá donde lo echen
Quedará la intranquilidad.

Bertolt Brecht,
Alemania

Texto proporcionado por Gustavo Pérez Hinojoza.

lunes, 25 de febrero de 2008

SI HEMOS DE MORIR, Claude McKay



Si hemos de morir, que no sea como cerdos
Cazados y acorralados en punto no glorioso,
Rodeados por la loca y hambrienta jauría,
Que se burla de nuestra maldición.

Si hemos de morir, que sea con nobleza,
Para que no se derrame nuestra preciosa sangre
En vano; que aun los monstruos que desafiamos
Tengan que honrarnos ya muertos.

¡Oh, hermanos! ¡Combatiremos el mismo enemigo!
Aunque menos, seremos valientes
Y contra sus mil golpes daremos uno de muerte.

¿Qué importa si tenemos el sepulcro abierto?
Como hombres frente a la asesina y cobarde jauría,
Contra la pared, muriendo, lucharemos.

Claude McKay

Jamaica

Versión castellana de Mónica Mansou.

Texto proporcionado por Christina Castello.



domingo, 24 de febrero de 2008

CONFIESA, Carlos Meneses


Dime cuántas veces has amado el recuerdo de Vallejo y Borges
En tus desabridas oraciones de verano tropical
En tus versos fútiles de tiempo sin fe y ambiciones sin sustento
Cuántas veces has caído de rodillas ante el retrato del viejo Walt orlado de blancas barbas
Convencido de que hay que lanzar lilas a los ataúdes de los desconocidos
Cuántas veces has deseado conocer a Vladimir pero no vivo
Ejecutado ya por su propia mano para poderle preguntar:
¿Por qué? ¿decepción? ¿miedo a la responsabilidad? ¿a sí mismo?
Y enfrentarte a Eliot para inquirirle por qué reposa blandamente su nejilla en la suave mano de poeta mientras la muerte por inanición llena los cementerios
Y si es cierto que soñó fuera de los límites del tiempo con ser el dueño absoluto de los jardines de rosas
Dime si alguna vez te ha asaltado el deseo de tener el don de poder robar
Por ejemplo la emoción de William Blake el espíritu de César Vallejo la voz para leer sus poemas de Pablo Neruda
Los evanescentes sueños de Paul Valery
Si alguna vez has rogado porque el tiempo te obedezca y te reúna en un fabuloso ayer Con Jean Moreas en su café preferido
O para desgañitarte discutiendo con Rimbuad mientras ruge la selva africana
Y su bella etiope comprada con la mitad de sus ahorros te sonríe con coquetería
Dime si al menos has intentado conocer y envidas a Burroughs, Kerouac o Ferlinghetti Si has amado alguna actitud de las muchísimas y muy válidas del viejo y glorioso Ezra Dime qué has hecho con tu tiempo
Qué has hecho contigo mismo.

Carlos Meneses,
Perú


sábado, 23 de febrero de 2008

YARAVÍ vi, Mariano Melgar


Sin ver tus ojos
Mandas que viva
Mi pecho triste;
Pero el no verte
Y tener vida
Es imposible.

Las largas horas
Que sin ti paso
Son insufribles,
Vivo violento,
Nada me gusta,
Todo me aflige.

El sol me envía
Para alegrarme
Luz apacible;
Mas si no trae
Tu imagen bella,
¿De qué me sirve?

En mi retiro
Aguardo solo
Hasta que viste
De negro luto
El orbe entero
La noche horrible.

Mientras los astros
Van silenciosos
Al mar a hundirse,
Yo revolviendo
Estoy las penas
Que el pecho oprimen.

En mi desvelo
Mi amor y pena
Suelo decirte:
Pero estás lejos,
No oyes mi llanto,
Ni por mí gimes.

Por largas horas
Mi amarga pena
Mi alma repite,
Hasta que el cielo
Para mal mío
De luz se viste.

Entonces veo
Ser todavía
Más infelice,
Porque el desahogo
Que me da el llanto
La luz me impide.

¡Ay! así vivo
Dando a mi pena
Giros terribles;
Y así muriera
Si eterna fuese
La ausencia triste.

Hacer tú puedes
¡Ay vida mía!
Que yo respire,
Amando fina
A quien tan sólo
De tu amor vive.

Mariano Melgar,
Perú

viernes, 22 de febrero de 2008

LAS CARTAS SECUESTRADAS, Juan Gonzalo Rose


Tengo en el alma una baranda en sombras.
A ella diariamente me asomo, matutino,
A preguntar si no ha llegado carta;
Y cuántas veces
La tristeza celebra con mi rostro
Sus óperas de nada.

Una carta.

Que me escriba una carta quien me hizo
Los ojos negros y la letra gótica,
Que me escriba una carta aquella amiga
Analfabeta de pasión cristiana;
Duraznos de mi tierra: que me escriban,
Vientos los de mi rambla: que me escriban,
Y redacte una carta pequeñita
Mi hermana abecedaria y pensativa.

Muertos los de mi infancia
Que se fueron
Dormidos entre el humo de las flores,
Novias que se marcharon
Bajo un farol diciendo eternidades,
Amigos hasta el vino torturado:
¿No hay una carta para Juan Gonzalo?

Si no fuera poeta, expresidiario,
Extranjero hasta el colmo de la gracia,
Descubridor de calles en la noche,
Coleccionista de apellidos pálidos:
Quisiera ser cartero de los tristes
Para que ellos bendigan mis zapatos.

El día que me muera ¿en una piedra?
El día que navegue ¿en una cama?
Desgarren mi camisa y en el pecho
¡Manos sobrevivientes que me amaron!
Entierren una carta.

Juan Gonzalo Rose,

Perú


jueves, 21 de febrero de 2008

POEMAS, Marcos Ana



Autobiografía

Mi pecado es terrible;
Quise llenar de estrellas
El corazón del hombre.
Por eso, aquí, entre rejas,
En veintidós inviernos
Perdí mis primaveras.
Preso desde mi infancia
Y a muerte mi condena,
Mis ojos van secando
Su luz contra las piedras.
Mas no hay sombra vengadora
Corriendo por mis venas.
¡España! es sólo el grito
De mi dolor que sueña…


Voy soñando


Soñar, siempre soñar,

Con banderas y besos;

La libertad y el aire

Soplando en mi cabello.

Campo y aire sin fin

-Oh, luz-, sin otro cerco

Que el amor de unos brazos

Enlazando mi cuello.

Soñar, siempre soñar,

Con los ojos sin sueño,

Que soy un hombre vivo…

Siendo tan sólo un preso.

Hay árboles y un río

Fijos en mi recuerdo;

Una infancia salvaje,

Un dulce amor ingenuo,

Y dos nombres grabados

En el chopo más viejo.

El cielo aquella tarde

Era como un espejo.

El choperal tendía,

Para el amor, senderos.

Todo era luz. La gloria

De mayo iba en mi pecho…

… … … … … … …

Un vilano de plata

Se enredó en sus cabellos;

Acudí tembloroso

Y con mis dedos trémulos…

Sus ojos me invadieron

De aromas y de sol.

El viento,

Inmóvil, nos miraba:

Fue aquél mi primer beso.

Soñar, siempre soñar,

Que vuelvo a todo aquello,

Lo que dejé y ya nunca

Lo encontraré al regreso.



Marcos Ana,
España

Estos poemas del legendario poeta español nos han sido proporcionados por la no menos legendaria poeta e invalorable amiga Rosina Valcárcel.