Dime cuántas veces has amado el recuerdo de Vallejo y Borges
En tus desabridas oraciones de verano tropical
En tus versos fútiles de tiempo sin fe y ambiciones sin sustento
Cuántas veces has caído de rodillas ante el retrato del viejo Walt orlado de blancas barbas
Convencido de que hay que lanzar lilas a los ataúdes de los desconocidos
Cuántas veces has deseado conocer a Vladimir pero no vivo
Ejecutado ya por su propia mano para poderle preguntar:
¿Por qué? ¿decepción? ¿miedo a la responsabilidad? ¿a sí mismo?
Y enfrentarte a Eliot para inquirirle por qué reposa blandamente su nejilla en la suave mano de poeta mientras la muerte por inanición llena los cementerios
Y si es cierto que soñó fuera de los límites del tiempo con ser el dueño absoluto de los jardines de rosas
Dime si alguna vez te ha asaltado el deseo de tener el don de poder robar
Por ejemplo la emoción de William Blake el espíritu de César Vallejo la voz para leer sus poemas de Pablo Neruda
Los evanescentes sueños de Paul Valery
Si alguna vez has rogado porque el tiempo te obedezca y te reúna en un fabuloso ayer Con Jean Moreas en su café preferido
O para desgañitarte discutiendo con Rimbuad mientras ruge la selva africana
Y su bella etiope comprada con la mitad de sus ahorros te sonríe con coquetería
Dime si al menos has intentado conocer y envidas a Burroughs, Kerouac o Ferlinghetti Si has amado alguna actitud de las muchísimas y muy válidas del viejo y glorioso Ezra Dime qué has hecho con tu tiempo
Qué has hecho contigo mismo.
Carlos Meneses,
Perú
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