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jueves, 23 de diciembre de 2010

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ: "Estas Navidades siniestras"

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.
"Si no vives para servir, no sirves para vivir" es el lema de
http://www.mesterdeobreria.blogspot.com/



Ya nadie se acuerda de Dios en Navidad. Hay tantos estruendos de cometas y fuegos de artificio, tantas guirnaldas de focos de colores, tantos pavos inocentes degollados y tantas angustias de dinero para quedar bien por encima de nuestros recursos reales que uno se pregunta si a alguien le queda un instante para darse cuenta de que semejante despelote es para celebrar el cumpleaños de un niño que nació hace 2.000 años en una caballeriza de miseria, a poca distancia de donde había nacido, unos mil años antes, el rey David. 954 millones de cristianos creen que ese niño era Dios encarnado, pero muchos lo celebran como si en realidad no lo creyeran. Lo celebran además muchos millones que no lo han creído nunca, pero les gusta la parranda, y muchos otros que estarían dispuestos a voltear el mundo al revés para que nadie lo siguiera creyendo. Sería interesante averiguar cuántos de ellos creen también en el fondo de su alma que la Navidad de ahora es una fiesta abominable, y no se atreven a decirlo por un prejuicio que ya no es religioso sino social.Lo más grave de todo es el desastre cultural que estas Navidades pervertidas están causando en América Latina. Antes, cuando sólo teníamos costumbres heredadas de España, los pesebres domésticos eran prodigios de imaginación familiar. El niño Dios era más grande que el buey, las casitas encaramadas en las colinas eran más grandes que la virgen, y nadie se fijaba en anacronismos: el paisaje de Belén era completado con un tren de cuerda, con un pato de peluche más grande que Un león que nadaba en el espejo de la sala, o con un agente de tránsito que dirigía un rebaño de corderos en una esquina de Jerusalén. Encima de todo se ponía una estrella de papel dorado con una bombilla en el centro, y un rayo de seda amarilla que había de indicar a los Reyes Magos el camino de la salvación. El resultado era más bien feo, pero se parecía a nosotros, y desde luego era mejor que tantos cuadros primitivos mal copiados del aduanero Rousseau.

La mistificación empezó con la costumbre de que losjuguetes no los trajeran los Reyes Magos -como sucede en España con toda razón-, sino el niño Dios. Los niños nos acostábamos más temprano para que los regalos llegaran pronto, y éramos felices oyendo las mentiras poéticas de los adultos. Sin embargo, yo no tenía más de cinco años cuando alguien en mi casa decidió que ya era tiempo de revelarme la verdad. Fue una desilusión no sólo porque yo creía de veras que era el niño Dios quien traía los juguetes, sino también porque hubiera querido seguir creyéndolo. Además, por pura lógica de adulto, pensé entonces que también los otros misterios católicos eran inventados por los padres para entretener a los niños, y me quedé en el limbo. Aquel día como decían los maestros jesuitas en la escuela primaria- perdía la inocencia, pues descubrí que tampoco a los niños los traían las cigüeñas de París, que es algo que todavía me gustaría seguir creyendo para pensar más en el amor y menos en la píldora.

Todo aquello cambió en los últimos treinta años, mediante una operación comercial de proporciones mundiales que es al mismo tiempo una devastadora agresión cultural. El niño Dios fue destronado por el Santa Claus de los gringos y los ingleses, que es el mismo Papa Noél de los franceses, y a quienes todos conocemos demasiado. Nos llegó con todo: el trineo tirado por un alce, y el abeto cargado de juguetes bajo una fantástica tempestad denieve. En realidad, este usurpador con nariz de cervecero no es otro que el buen san Nicolás, un santo al que yo quiero mucho porque es el de mi abuelo el coronel, pero que no tiene nada que ver con la Navidad, y mucho menos con la Nochebuena tropical de la América Latina. Según la leyenda nórdica, san Nicolás reconstruyó y revivió a varios escolares que un oso había descuartizado en la nieve, y por eso le proclamaron el patrón de los niños. Pero su fiesta se celebra el 6 de diciembre y no el 25. La leyenda se volvió institucional en las provincias germanicas del Norte a fines del siglo XVIII, junto con el árbol de losjuguetes. y hace poco más de cien anos pasó a Gran Bretaña y Francia. Luego pasó a Estados Unidos, y éstos nos lo mandaron para América Latina, con toda una cultura de contrabando: la nieve artificial, las candilejas de colores, el pavo relleno, y estos quince días de consumismo frenético al que muy pocos nos atrevemos a escapar. Con todo, tal vez lo más siniestro de estas Navidades de consumo sea la estética miserable que trajeron consigo: esas tarjetas postales indigentes, esas ristras de foquitos de colores, esas campanitas de vidrio, esas coronas de muérdago colgadas en el umbral, esas canciones de retrasados mentales que son los villancicos traducídos del inglés; y tantas otras estupideces gloriosas para las cuales ni siquiera valía la pena de haber inventado la electricidad.

Todo eso, en torno a la fiesta más espantosa del año. Una noche infernal en que los niños no pueden dormir con la casa llena de borrachos que se equivocan de puerta buscando dónde desaguar, o persiguiendo a la esposa de otro que acaso tuvo la buena suerte de quedarse dormido en la sala. Mentira: no es una noche de paz y de amor, sino todo lo contrario. Es la ocasión solemne de la gente que no se quiere. La oportunidad providencial de salir por fin de los compromisos aplazados por indeseables: la invitación al pobre ciego que nadie invita, a la prima Isabel que se quedó viuda hace quince años, a la abuela paralítica que nadie se atreve a mostrar. Es la alegría por decreto, el cariño por lástima, el momento de regalar porque nos regalan, o para que nos regalen, y de llorar en público sin dar explicaciones. Es la hora feliz de que los invitados se beban todo lo que sobró de la Navidad anterior: la crema de menta, el licor de chocolate, el vino de plátano. No es raro, como sucede a menudo, que la fiesta termine a tiros. Ni es raro tampoco que los niños -viendo tantas cosas atroces- terminen por creer de veras que el niño Jesús no nació en Belén, sino en Estados Unidos.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Rosina Valcárcel: Violeta


Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.
"Si no vives para servir, no sirves para vivir"
es el lema de www.mesterdeobreria.blogspot.com



"Sonríes en el daguerrotipo que congeló tu imagen"
TELMA NAVA


Para vivir tuvo que resistir toda su existencia
Quién le arrancó el pan de los labios
Para vivir tuvo que ser mujer-musa Y compartir
Apenas íntimos lenguajes en el hogar de México
El temor y el coraje de vivir y morir
La vida tan ardua y tan simple
La muerte frágil abre el último capullo
Leve y bella se ilumina La foto sepia que escarchó su perfil
A pesar del tiempo y la adversidad no se ha caído su corazón
Testigo impar de mudanzas, aires
y romances.
Las cejas parecen escribir designios que sus ojos no dejan ver
Lo que Violeta insinúa en esa faz gitana de angular rasgo
Es el fuego Ese segundo extasiado para la inmortalidad
¿Es la gloria o una alucinación?
Mañana lo sabrás, madre mía

viernes, 10 de diciembre de 2010

John Lennon: 30 AÑOS: NOS HICIERON CREER

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.
"Si no vives para servir, no sirves para vivir"
es el lema de http://www.mesterdeobreria.blogspot.com/



Nos hicieron creer que el “gran amor”, sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años.


No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado.


Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad.


No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta.


Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía es más agradable.


Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno": dos personas pensando igual, actuando igual... que era eso lo que funcionaba.


No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación.


Que sólo siendo individuos con personalidad propia podremos tener una relación saludable.


Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos.


Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.


Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad.


No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas.


Ah, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto: cada uno lo va a tener que descubrir solito.


Y entonces, cuando estés “enamorado de ti mismo" podrás ser feliz y te enamorarás de alguien.


Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor... aunque la violencia se practica a plena luz del día.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Xurxo Martínez Crespo: LOS PAYASOS SUECOS DE VARGAS LLOSA CUBA, VENEZUELA, BOLIVIA

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.
"Si no vives para servir, no sirves para vivir"
es el lema de http://www.mesterdeobreria.blogspot.com/



Si así como miente escribe
y así como escribe miente
lo más seguro es que vive
como una bella durmiente.
08/12/10

Vargas Llosa se despachó contra sus fantasmas en su discurso de recepción del Premio Nobel. Llamó democracias payasas a las que no comulgan con sus ideas y ensalzó con su silencio al capitalismo salvaje de su otro país, España, que hace que sea el país europeo con mayor número de desempleados, drogadictos y personas que perdieron sus hogares a manos de los bancos a los que debían sus hipotecas.

“Payaso”, en el Perú, es un término altamente despectivo; llamó también payasos a todos los votantes bolivianos y venezolanos que votaron por sus respectivos presidentes, aunque no se refirió con esos términos a los presidentes de EUA como Bush, o a Blair o Aznar, y no olvidemos a individuos como Berlusconi, Sarkozy, racistas, misóginos, ignorantes y autoritarios.

Es paradójico que estos presidentes, Evo y Chávez, de repúblicas “payasas” de Bolivia y Venezuela hayan puesto tanto empeño en alfabetizar y cultivar a sus poblaciones, porque al final éstas podrán leer a Vargas Losa y su discurso, y, creo, con más preguntas que respuestas. Las estadísticas e informes de organizaciones internacionales así lo confirman; mientras la España que tanto admira Llosa sigue siendo el Estado con mayor índice en deserción escolar de toda Europa.

A España agradeció la difusión de su obra, cuando la verdad fueron catalanes nada sospechosos de españolistas, como Barral o Carmen Ballcells, los que le dieron la difusión internacional que tiene cuando él no era nadie, y a ambos los metió en el “solo saco” de una España “unitaria” que sólo existe en la “realidad ficticia” de Vargas. Otro olvido terrible.

Tuvo palabras duras Vargas Llosa para catalanes, gallegos y vascos que no quieren ser españoles ni seguir perteneciendo a un Estado español que los oprime cultural y económicamente. Otro olvido de Mario... él viene de un continente en el que sus clases más instruidas, hace 200 años, se unieron a pardos, indios y negros y dijeron a los españoles ¡Basta!

Ni una palabra crítica de Mario para los Estados Unidos, ni para los cientos de miles de muertos de sus políticas “preventivas” y de saqueo en África, Irak o Afganistán. Ni una referencia a una guerra basada en la mentira, máximo cuando él carga con el oprobio de haberse dado una vuelta por los escenarios de guerra como quien va de safari fotográfico con su hija Morgana, para producir el libro –bien remunerado– Diario de Irak con el que busca justificar ese genocidio.

Triste discurso para un hombre que nos señala un hecho evidente: se puede escribir bien y ser un mentiroso, rencoroso e ignorante.

De estos escritores, científicos, médicos, políticos está lleno el mundo. ¡Reconócelos!

xurxomartinez@cantv.net