Visítenos ahora en

Visítenos ahora en www.juliocarmona.com

martes, 30 de septiembre de 2008

VERSOS SENCILLOS, José Martí

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.



Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma.
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.

Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros
Volando las mariposas.

He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.

Rápida, como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.

Temblé una vez - en la reja,
A la entrada de la viña-
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.

Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcalde llorando.

Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro, es
Que mi hijo va a despertar.

Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.

Yo he visto al águila herida
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.

Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.

Yo he puesto la mano osada,
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.

Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo,
Vive por él, calla, y muere.

Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.

Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto,
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.

Callo, y entiendo, y me quito
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.

José Martí,
Cuba

lunes, 29 de septiembre de 2008

Acerca del texto: CRÍTICA AL "DECÁLOGO DEL PERFECTO CUENTISTA" de Silvina Bullrich,

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.



El décalogo del perfecto cuentista de Horacio Quiroga cuestionado y refutado.

1. "Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chéjov- como en Dios mismo".
Horacio Quroga hace aqui una recomendación. Nadie nace sabiendo. Uno tiene que aprender y para él, los mejores maestros son los anteriormente citados. Recordemos que Quiroga es un hombre de comienzos de siglo.(1900). Silvina tiene razon al afirmar que "un escritor tiene la ambicion de volar". Pero Quiroga no se refiere a encadenarse a algo. Solo entiende al maestro como un hombre de su tiempo: el maestro es alguien que te da las bases. Ademas, uno no puede perder la humildad para aprender.

2. "Cree que tu arte es una cima inaccesible, no sueñes en dominarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo".
Silvina B. cuestiona esta frase diciendo:"Nadie escribiría una línea si no pensara que tiene algo que decir distinto (y sin duda superior) de sus maestros." Esta es una posibilidad y depende del proposito de cada escritor. Sin embargo, no tiene nada que ver con la cita de Quiroga. Si vemos al arte como cima inaccesible, es entender que el arte es un todo de creatividad infinito. Luego, el no dice que lo alcances. El pide que lo domines sin fórmulas y sin metas. El escribir sin pensar en lograr algo esteticamente bello u horrendo.Es decir, que manejes esa creatividad de tal forma que no divagues, no te pierdas en las ideas...asi se domina el arte, dejandose fluir en el sin perder la esencia que se quiere transmitir.

3. "Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia".
Silvina teme que este mandamiento "contradiga y justifique a los anteriores" mostrando su inseguridad para afirmar algo. Quiroga solo pide que uno desarrolle la personalidad en libertad sin temor a ser influido por un literato mas fuerte (sea por admiracion). Al final exige paciencia para moldear la personalidad, es decir, tiempo y meditación.

4. "Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón".
Aqui Silvina B. cuestiona el triunfo y elogia la derrota. Sin embargo Quiroga aqui no elogia al triunfo sino al deseo. El deseo de escribir y el arte, ambos vividos como un sentimiento.

5. No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas".
Para Silvina este es el mandamiento mas importante. En mi concepto, esta es una recomendación válida. Sólo acotaría que García Marquez tambien le daba importancia a la forma de escribir del comienzo de la novela, porque ella le da el tono y la forma a toda la novela. He ahi, la importancia del comienzo tanto para el cuento como para la novela. Los finales del cuento tienen que ser contundentes, porque cierran un círculo.

6. "Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: 'desde el río soplaba un viento frío', no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarlas. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes".
Silvina apunta que "poniendo helado en vez de frío se evirtaría la rima que puede molestar al lector" Es cierto, que se puede poner helado o gelido y que ha estas alturas (siglo XXI) esa rima es cacofónica. Quizas en su tiempo fue la forma más bella y educada de decirlo (1910). Pero considero que Quiroga se refiere a que uno debe encontrar su estilo en su propia voz y no en la de los demás.

7. "No adjetives sin necesidad. Inútil serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él sólo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo".
Silvina B. aquí enumera ejemplos escritores que emplean adjetivos con creatividad (cita a Mallea, Maupassant, Borges, Poe) y resalta la necesidad de adjetivar. Pero ¿qué sucede cuando se da adjetivos a un sustantivo débil? Quiroga por eso pide precisión en el uso de las palabras y para eso se requiere rigurosidad en el uso del lenguaje.

8. "Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta aunque no lo sea".
Aqui Silvina comenta que: "Esta última frase sorprende en un escritor tan auténtico como Quiroga y debilita el consejo importante, quizá el más importante del Decálogo. Pues nadie puede discutir que no sea un acierto llevar el personaje y la anécdota firmemente hasta el final".
Pero claro que se puede discutir, porque uno le da giros a la historia como por ejemplo "la noche bocarriba de Cortazar" o el caso de Emma sanz de Borges. En ambas el personaje es llevado por un camino que el lector desconoce, porque el lector es llevado por otro rumbo hasta que se cierra el círculo. Por eso Quiroga no asevera porque se refiere a historias lineales donde lector y personaje siguen un mismo rumbo. Lo que si pide es que no se divague con el personaje, porque pierde al lector.

9. "No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino".
Silvina B.no discute este mandamiento por ser bastante claro pero afirma: "es casi inhumano escribir bajo una real y reciente emoción". En esto discrepo, mucha gente alivia su pena o su ira escribiendo en el momento. Es un recurso válido y lo considero muy propio del ser humano (he ahi su humanidad). En cuanto a Quiroga, el pide al momento de escribir concentración y en base al buen manejo del lenguaje plasmar el sentimiento en frases u oraciones. Y al hacerlo solo se llegará a la mitad del arte.

10. "No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento".
Silvina ante este mandamiento dice:"Hoy parece sorprendente que alguien pueda pensar en sus amigos al escribir:.." Y ese Hoy es clave. Porque esto fue escrito a comienzos del siglo pasado, y quizas los hombres de aquel tiempo le daban mas validez a caer bien a los demás que en expresar lo que realmente sentian o anhelaban.

Luego, Silvina comenta. "A lo largo de este Decálogo la palabra ingenuo ha acudido varias veces a mi mente y varias veces la he rechazado, pues la obra y la vida de Quiroga nada tienen de candorosas, son recias y brutalmente humanas, como lo es su muerte y lo son las muertes que jalonan su paso por la tierra. Pero hay que resignarse a admitir que un cierto candor se filtra en su Decálogo".
Sin embargo, no noto inseguridad en el decálogo. Porque mientras Quiroga afirma y argumenta, Silvina se contradice por momentos y denota su inseguridad.

Por último Silvina afirma: "Aunque a decir verdad en materia de consejo literario no ha sido superado el de Rainer María Rilke en Carta a un Joven Poeta: "Si puedes vivir sin escribir, no escribas".

Es una buena frase. Uno puede escribir de lo que sea por su necesidad de hacerlo. Otra cosa es publicar ese escrito. Por eso, para publicar algo, y sobretodo, una critica a un decálogo o cualquier otra forma de escritura se requiere rigurosidad, acuciosidad e ideas claras.

domingo, 28 de septiembre de 2008

CARTA A GLADYS BASAGOITIA, Rosina Valcárcel

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.



Gaviota: Me despertó el eco de tu voz
Tu franca misiva intensa y honda
La síntesis lúcida de tus avatares y desventuras
Los ciclos de la existencia en Italia
Tu salud herida Tu cuerpo vulnerable
Tu alma sensible Esa lánguida caída
Que vivimos las escritoras mujeres
Del llamado Tercer Mundo
Los amores invencibles Las ausencias
Los afectos platónicos Las amistades
Los recuerdos bajo el Puente y la Alameda
Cantando valses junto a César y Chabuca
Rodolfo y tú me llevaron al Negro Negro
Escuchamos blues y versos irreverentes
Entre sudores y chilcanos de pisco
¿Impedimos pisotear a la rosa y al jazmín?
Ese pensarnos laguna o manantial
Mariposas ambarinas sobre la tierra
Defendiendo a las mujeres carbonizadas
A las sin nombre A las presas
A Tomasa y Micaela A Juana y María
Nuestro ebrio sexo de orquídea hoy duerme
Nuestros fatigados pies desnudos
Hoy descansan a la orilla del abismo
Nuestras cabezas altivas resisten
Entre el alba dorada y el rocío
Hoy estamos quietas y apacibles
Sobre un barco oscuro
Sobre el mar Negro
Entonando un jazz que se ahoga

Rosina Valcárcel,
Lima



viernes, 26 de septiembre de 2008

ANTIDECÁLOGO DEL ESCRITOR, Jorge Luis Borges

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.



En literatura es preciso evitar:

1. Las interpretaciones demasiado inconformistas de obras o de personajes famosos. Por ejemplo, describir la misoginia de Don Juan, etc.
2. Las parejas de personajes groseramente disímiles o contradictorios, como por ejemplo Don Quijote y Sancho Panza, Sherlock Holmes y Watson.
3. La costumbre de caracterizar a sus personajes por sus manías, como hace, por ejemplo, Dickens.
4. En el desarrollo de la trama, el recurso a juegos extravagantes con el tiempo o con el espacio, como hacen Faulkner, Borges y Bioy Casares.
5. En las poesías, situaciones o personajes con los que pueda identificarse el lector.
6. Los personajes susceptibles de convertirse en mitos.
7. Las frases, las escenas intencionalmente ligadas a determinado lugar o a determinada época: o sea, el ambiente local.
8. La enumeración caótica.
9. Las metáforas en general, y en particular las metáforas visuales. Más concretamente aún, las metáforas agrícolas, navales o bancarias. Ejemplo absolutamente desaconsejable: Proust.
10. El antropomorfismo.
11. La confección de novelas cuya trama argumental recuerde la de otro libro. Por ejemplo, el Ulises de Joyce y la Odisea de Homero.
12. Escribir libros que parezcan menús, álbumes, itinerarios o conciertos.
13. Todo aquello que pueda ser ilustrado. Todo lo que pueda sugerir la idea de ser convertido en una película.
14. En los ensayos críticos, toda referencia histórica o biográfica. Evitar siempre las alusiones a la personalidad o a la vida privada de los autores estudiados. Sobre todo, evitar el psicoanálisis.
15. Las escenas domésticas en las novelas policíacas; las escenas dramáticas en los diálogos filosóficos. Y, en fin:
16. Evitar la vanidad, la modestia, la pederastia, la ausencia de pederastia, el suicidio.


Jorge Luis Borges,
Argentina

jueves, 25 de septiembre de 2008

CRÍTICA AL “DECÁLOGO DEL PERFECTO CUENTISTA” Silvina Bullrich

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.




1. “Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chéjov- como en Dios mismo”. Cabe preguntarse hasta qué altura de la vida o de la obra supone Quiroga que debemos aceptar influencias extrañas y cuándo tenemos derechos a sentirnos maestros a nuestra vez, aunque sólo sea maestros de nosotros mismos. Ningún artista puede aceptar este consejo sin rebelarse un poco, pues su mayor ambición es volar con sus propias alas. Por otra parte ¿en qué maestro creyó Quiroga? Tengo la impresión de que en varios. Pues si bien sus cuentos misioneros acusan alguna influencia de Kipling o de Poe, en otros, como en “Los Perseguidos”, por ejemplo, vemos asomar a Maupassant, pero no al perfecto cuentista de “Bola de Sebo”, respetuoso del tiempo del lector, resuelto a captarse su simpatía y a despertar su emoción al mismo tiempo que su sorpresa, sino al de sus cuentos menores como “A Caballo”, “La Cama”, “El Loco”, etc.
2. “Cree que tu arte es una cima inaccesible, no sueñes en dominarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo”. Este segundo mandamiento no se presta a mayores comentarios, pues es una redundancia del primero, aunque menos admisible. Nadie escribiría una línea si no pensara que tiene algo que decir distinto (y sin duda superior) de sus maestros. Toda persona con personalidad se siente singular, cuanto más aquel que tiene vocación creadora. Por fuerte que sea el mandato interior de escribir, creo que todos terminaríamos por dominarlo si no supusiéramos que una página, una frase, puede aportar algo al panorama cultural del mundo, de nuestro país o de nuestra aldea.
3. “Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia”. Temo que este tercer mandamiento contradiga a los demás aunque al mismo tiempo los resume y los justifica. Aceptar la frase de Bufón, con una aligera variante, ya es señalar un rumbo acertado a los jóvenes cuentistas a quienes se dirige.
4. “Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón”. ¿Es acaso el triunfo lo más importante en una obra literaria? ¿No conocemos fracasos más gloriosos que muchos éxitos y no suele el escritor avergonzarse un poco de la popularidad cuando ésta se convierte (resultado inevitable) en un manoseo de su obra? Personalmente me gusta más la estrofa de Almafuerte “Pero yo también creo que la derrota - merece sus laureles y arcos triunfales – cualquier dolor que sea siempre rebota – sobre el alma futura de los mortales”. La vida de Quiroga fue toda entera una derrota y por eso su obra cobró fuerza y perdura.
Y ahora llegamos al quinto mandamiento, el único verdaderamente esencial a mi modo de ver para guiar a un joven cuentista:
5. No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas”. El factor sorpresivo del final suele ser el gran acierto de muchos cuentistas, entre los nuestros: Borges o Dalmiro Sáenz. Podríamos decir que los cuentos más perfectos son los que conducen al lector, en medio de una confortable desorientación, hacia el final previsto por el autor. Y he aquí, tal vez, la diferencia fundamental entre la técnica del cuento y la de la novela. El cuento no puede dejar el final librado al azar, por el contrario depende casi totalmente de él. La novela puede permitirse infinitas libertades, la de tener un desenlace equívoco, la de no tener ninguno, o dejarlo al gusto del lector e incluso la de ir tejiendo su final como el destino, ciegamente, al azar de su construcción. No me refiero por supuesto a la novela policial. Pero sigamos con el decálogo del perfecto cuentista.
6. “Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: ‘desde el río soplaba un viento frío’, no hay en lengua humana (en lengua castellana habrá querido decir) más palabras que las apuntadas para expresarlas. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes”. Quizá sea éste el más caprichoso y el más discutible de los mandamientos, pues no se tergiversaría mucho la realidad buscada poniendo “helado” en vez de frío y evitando así una rima que puede no molestar a Quiroga pero sí al lector, y acaso a los críticos. No me parece un exceso de severidad recomendar a los jóvenes que eviten este tipo de consonancias; no olvidemos que el hombre busca por su naturaleza el camino más fácil o que es preferible darle reglas rígidas aunque las tergiverse sin cometer pecados mortales, que darle leyes elásticas que son a la larga las culpables de los estilos desgreñados.
7. “No adjetives sin necesidad. Inútil serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él sólo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo”. El consejo es sano pero no infalible, hay estilos que descansan en gran parte sobre los adjetivos. El adjetivo imprevisto y contradictorio de Borges; el adjetivo casi siempre más fuerte que el sustantivo de la obra Mallea, el adjetivo humilde y exacto de Maupassant y el que ayuda en Poe a la obra de terror. Pues, ¿qué quiere decir exactamente la expresión: sin necesidad? La necesidad de adjetivar es privativa de cada escritor; sería como querer reglamentar la necesidad de usar dos adjetivos en vez de uno o hasta de determinar la necesidad de escribir en sí misma. Por otra parte, los consejos son más fáciles de dar que de seguir. Tomo al azar un cuento de Quiroga, “La Llama”, y leo un párrafo: “Berenice tuvo al día siguiente uno de sus extraños ataques y ante mis serios temores por esa sensibilidad profundamente enfermiza, la madre sacudió la cabeza”. En tres fases hay al menos dos adjetivos suprimibles: hubiéramos comprendido lo mismo, puesto que ya estábamos al tanto, que los ataques eran extraños sin agregar el adjetivo y que los temores eran serios.
8. “Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta aunque no lo sea”. Esta última frase sorprende en un escritor tan auténtico como Quiroga y debilita el consejo importante, quizá el más importante del Decálogo. Pues nadie puede discutir que no sea un acierto llevar el personaje y la anécdota firmemente hasta el final. Así el cuento es, en cierto modo más perfecto que la novela, pues no admite licencias. Por supuesto que estas recetas hacen del cuento un oficio más o menos fácil o difícil de aprender y que la misma libertad de la novela (como toda libertad), aumenta sus responsabilidades y obliga a buscar incesantemente un cauce que también incesantemente se pierde. Es más difícil perderse en un largo camino que en un camino corto.
9. “No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino”. No creo que quepa la discusión alrededor de este noveno mandamiento. Por otra parte es casi inhumano escribir bajo una real y reciente emoción. En esto la novela y el cuento se asemejan. Quizá sólo la poesía, la romántica, no la actual, pueda ser una excepción.
10. “No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento”. Hoy parece sorprendente que alguien pueda pensar en sus amigos al escribir: el mundo es tan vasto y el escritor tan aislado, sus miras tan lejanas en el tiempo y en el espacio, que no creemos encontrar ninguna valla que nos impida seguir este consejo inseguro. A lo largo de este Decálogo la palabra ingenuo ha acudido varias veces a mi mente y varias veces la he rechazado, pues la obra y la vida de Quiroga nada tienen de candorosas, son recias y brutalmente humanas, como lo es su muerte y lo son las muertes que jalonan su paso por la tierra. Pero hay que resignarse a admitir que un cierto candor se filtra en su Decálogo. Quizá sea imposible querer encerrar al hombre en diez mandamientos sin sentir la imposibilidad (léase ingenuidad) de lograrlo. El hombre, cuentista o no, desborda los límites de las teorías rígidas.
A veces pienso que Quiroga miró demasiado la naturaleza y a fuerza de observar víboras, cocodrilos, invasiones de hormigas, esteros, selvas y tembladerales perdió la noción de grandeza infinita dentro de su infinita pequeñez que es el hombre.
Pero no debemos confundir al Quiroga cuentista con el autor relativamente feliz de este Decálogo donde, pese a mi actitud crítica, encuentro dos o tres consejos indispensables para todo cuentista. Aunque a decir verdad en materia de consejo literario no ha sido superado el de Rainer María Rilke en Carta a un Joven Poeta: “Si puedes vivir sin escribir, no escribas”. No se presta a discusión el hecho de que sólo una necesidad ineludible puede mantener preso a un hombre (empleo esta palabra genéricamente) buscando en sí mismo ideas huidizas que asoman apenas, torpemente, en su cerebro, e imprimirlas sobre un papel, signos de un alfabeto acaso indescifrable para quienes vendrán después de nosotros.

martes, 23 de septiembre de 2008

REPATRIARNOS, Cristina Castello

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.



Que hipocampos enamorados descuarticen el horror
Que bandadas de jacintos acuchillen la indiferencia
Que Orfeo guíe a Arcadia a libaneses y palestinos
Que Eurídice queme infiernos y funde la alegría
Que la paz se acune en partituras de Gounoud
Que huérfanos saciados impongan la justicia
Y sirocos enfurecidos asesinen la crueldad
Para donarnos con hambre de lluvia
Y repatriarnos en brumas de luz

Cristina Castello,
Argentina

lunes, 22 de septiembre de 2008

PENSAMIENTOS, Juan Gelman

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.




Soy de un país donde hace poco Carlos Molina
uruguayo anarquista y payador
fue detenido
en Bahía Blanca al sur del sur
frente al inmenso mar como se dice
fue detenido por la policía
Carlos Molina estaba
cantando hilando coplas
sobre el océano enorme los viajes
los monstruos del océano enorme
o coplas por ejemplo
sobre el caballo que se acuesta en la pampa
o sobre el cielo un suponer Carlos
Molina cantaba como siempre bellezas y dolores
cuando
de pronto el Che empezó a vivir a morir en su guitarra
y así
la policía lo detuvo
Soy de un país donde se llora por el Che o en todo caso
se canta por el Che y
algunos están contentos con su muerte
"vieron" dicen "estaba equivocado la cosa
no es así" dicen y cómo carajo será la cosa no lo dicen o
prefieren recitar viejos versículos o
indicar señalar aconsejar mientras
los demás callan
miran al aire con los ojos perdidos
el comandante Guevara entró a la muerte
y allá andará según se dice
Soy de un país donde costó creer que se moría y
muchos
un servidor entre otros
se consolaba así:
"pero si él dice no hay que
pelear hasta morir hay que
pelear hasta vencer entonces no está muerto"
otros lloraban demasiado como quien
ha perdido a su padre y yo creo
que él no es nuestro padre y
con todo respeto creo que
está mal llorarlo así
Soy de un país donde los enemigos no
pudieron depositar un solo insulto una sola
suciedad una sola pequeña porquería
sobre él y hasta algunos
lamentaron su muerte no
por bondad o
humanidad o piedad
sino porque esos viejos perros
o muertos con permiso sintieron por fin un enemigo que
valía la pena
que un rayo de peligro
entraba en escena y entonces
iban a poder morir en serio
a manos o a balas de verdad "y no
en brazos de esta especie de disolución
en que nos vamos disolviendo" como
dijo uno de grande apellido
Soy de un país donde sucedieron o suceden
todas estas cosas y aún otras
como traiciones y maldades en excesiva cantidad
y el pueblo sufre y está ciego y naides
lo defiende y sólo
el Che se puso de pie para eso
Pero
ahora
el comandante Guevara entró a la muerte
y allá andará según se dice
soy de un país complicadísimo
latinoeruocosmopoliurbano
criollojudipolacogalleguisitanoira
según dicen los textos y los textos que dicen
pues dicen y
como dicen
así será la historia pero yo
les aseguro que no es cierto
de este país de fantasía
se fue Guevara una mañana y
otra mañana volvió y siempre
ha de volver a este país aunque no sea
más que
para mirarnos un poco un gran poquito y
¿quién se habrá de aguantar?
¿quién habrá de aguantarle la mirada?
Pero
ahora nomás
el comandante Guevara entró a la muerte
y allá andará según se dice
Pregunto yo
¿quién habrá de aguantarle la mirada?
¿ustedes momias del partido comunista argentino?
ustedes lo dejaron caer
¿ustedes izquierdistas que sí que no?
ustedes lo dejaron caer
¿ustedes dueños de la verdad revelada?
ustedes lo dejaron caer
¿ustedes que miraron a China sin entender que
mirar a China en realidad
era mirar nuestro país?
ustedes lo dejaron caer
¿ustedes pequeñitos
teóricos del fuego por correo partidarios
de la violencia por teléfono o
del movimiento de masas metafísico?
ustedes lo dejaron caer
¿ustedes sacerdotes del foquismo y más nada?
ustedes lo dejaron caer
¿ustedes miembros del club
de grandes culos sentados en "lo real"?
ustedes lo dejaron caer
¿Ustedes los que escupen
sobre la vida sin
advertir que en realidad están
escupiendo contra el gran viento de la historia?
ustedes lo dejaron caer
¿ustedes que no creen en la magia?
ustedes lo dejaron caer
Soy de un país donde al comandante Guevara
lo dejaron caer:
los militares los curas los homeópatas
los martilleros públicos
los refugiados españoles masoquistas judíos
los patrones y
los obreros también por ahora
"Qué hombre qué hombrazo" sin embargo
me dijo a mí un obrero pedro
se llamaba se llama tiene
mujer que no recibe
hijitos por nacer y el pedro
me decía "qué hombre qué hombrazo cómo
lo quiero" decía el albañil pensando
en su madre una puta
famosa en toda Córdoba y madre
de siete hijos que crió con amor
Pedro ya con mayúscula
¡cómo saludo tu rencor
cómo te beso al pie de tus fracasos!
"qué pelotas" me dijo Pedro un día hablándome del Che
de ciertos adminículos que hierven
bajo la paz conjetural
de este país cosmopolita
el comandante Guevara entró a la muerte
y allá andará según se dice
Yo estoy escribiendo esto
porque la Casa de las Américas de Cuba
institución muy respetable
ha resuelto publicar un número especial
de su revista dedicado
a testimonios sobre el Che
ahora que lo han muerto
según dicen y Roberto
Fernández Retamar íntimo mío
pero más
pedazo mío que anda por ahí
por el Caribe formidable y fosforescente y amatorio y conspicuo
Roberto como dije
ha creído necesario que yo
escriba algo sobre esto o tal vez algún otro
creyó que así debía ser y pidió
artículos poemas etcétera a
colaboradores que
se sentirán más miserables todavía
si eso fuera posible si eso
fuera posible en realidad
Soy de un país donde te hago caso
Roberto pero
decime o dime por favor
¿qué me pedís o pides?
¿qué escriba realmente?
te doy noticias de mi corazón nada más
¿alguno sabe en realidad
cuáles son las noticias de mi corazón?
¿alguno cree o creerá que me he negado a llorar excepto
con mi mujer o con-
tigo Roberto ahora
que narro estas cuestiones
y sé que la tristeza como un perro
siempre siguió a los hombres molestándolos?
Soy de un país donde es necesario
no amar sino matar
a la melancolía y donde
no hay que confundir
el Che con la tristeza
o como dijo Fierro
hinchazón con gordura
Soy de un país donde yo mismo
lo dejé caer
y quién pagará esa cuenta
quién
Pero
lo serio es que en verdad
el comandante Guevara entró a la muerte
y allá andará según se dice
bello
con piedras bajo el brazo
Soy de un país donde ahora
Guevara ha de sufrir otras muertes
cada cual resolverá su muerte ahora:
el que se alegró ya es polvo miserable
el que lloró que reflexione
el que olvidó que olvide o que recuerde
y aquél que recordó sólo tiene derecho a recordar
el comandante Guevara entró a la muerte por su
cuenta pero
ustedes
¿qué habrán de hacer con esa muerte?
Pequeños míos
¿qué?
(como nadie se salva
entre paréntesis quiero
no por noción de estupideces posiblemente a mí
referidas
tampoco por piedad o
mera precaución
esas carnes podridas que no pueden
rezar a mediodía
quiero como repito
repetir una historia que no todos conocen y
de la cual hay algunos que
desconfían:
El poeta que escribe su poema
dejando en él la maravilla de
la vida y la muerte del comandante Guevara
ese porteño cordobés de mirada jodida
como de dios como de dioses
sorprendidos en medio de su milagro su
bota podrida por la selva del mundo
quiero decir que este poema o cosa
de la que hay que desconfiar
en la que hay que creer
no se termina en estas páginas
amable lector le ruego
que siga las noticias de los diarios
de la sip y la sap -Sección Angustia Perimida por ejemplo o
Son Ángeles Potentes
o
Sobran Algunos Policías- ruégole gran lector
que lea atentamente
líneas de sangre que se escriben cada día en Vietnam
y también en Bolivia qué joder
y también en la Argentina
caro lector yo le ruego que lea)
El comandante Guevara entró a la muerte
y allá andará según se dice
sé pocas cosas sé
que no debo llorar Ernesto

que
de mí dependés ahora
te puedo sepultar con grandes lágrimas pero
en realidad no puedo
El poeta en realidad
se abstiene de llorar se abstiene
de escribir un poema sea
para la Casa de las Américas sea
para lo que sea el poeta
apenas si lloró en realidad
sigue mirando el mundo
sabe
algún día la belleza vendrá
pero no hoy que estás ausente
el poeta
apenas sabe vigilar
Che
Guevara
Ahora deseo un gran silencio
que baje sobre mi corazón y lo abrigue
padre Guevara ¿qué será de tus hijos?
¿Por qué te fuiste hermoso
sobre caballos de cantar?
¿Quién habrá de juntarte otra vez?

Juan Gelman,
Argentina.

domingo, 21 de septiembre de 2008

EL MURO, Eduardo Galeano

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.


El Muro de Berlín era la noticia de cada día. De la mañana a la noche leíamos, veíamos, escuchábamos: el Muro de la Vergüenza, el Muro de la Infamia, la Cortina de Hierro...

Por fin, ese muro, que merecía caer, cayó. Pero otros muros brotaron, y siguen brotando, en el mundo. Aunque son mucho más grandes que el de Berlín, de ellos se habla poco o nada.

Poco se habla del muro que los Estados Unidos están alzando en la frontera mexicana, y poco se habla de las alambradas de Ceuta y Melilla.


Casi nada se habla del Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y será quince veces más largo que el Muro de Berlín, y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que perpetúa el robo de la patria saharaui por el reino marroquí y mide sesenta veces más que el Muro de Berlín.


¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos?


Eduardo Galeano,
Uruguay

Del libro "Espejos".


sábado, 20 de septiembre de 2008

BOLIVIA ESTÁ DE PIE, Rosina Valcárcel

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.






He abierto mi celda pues no deseo escuchar

el violín del ángel de la tristeza

Él me trae noticias de Bolivia a la hora gris del día

y narra otras amenazas del Imperio

Qué lejana estoy de mi pueblo

y sin embargo aún cerca Vidalitay

Yo sólo quiero oír melodías del wayno

la energía del charango y el fuego de la guitarra

aunque viva doce estaciones sin maíz ni Sol

sin las manos de papá ni el aroma de Violeta

Basta de muertos que me consumen

Avisa a los compañeros Bolivia Está de pie

Rosina Valcárcel,
Perú

viernes, 19 de septiembre de 2008

SUELE SER ASÍ, Vladimir V. Maiakosky


Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.


SUELE SER ASÍ, Vladimir V. Maiakovky


Provistos de amor nacemos todos,
Pero el trabajo,
El dinero
Y todo lo demás
Nos va secando el suelo del corazón.
El corazón se viste de un cuerpo,
El cuerpo de una camisa.
Pero no basta.
Alguno,
¡Será imbécil!,
Se pone puños falsos
Y en el pecho se echa almidón.
Ya se arrepentirán al envejecer.
La mujer se maquilla,
El hombre gira a lo Müller como aspas de molino.
Demasiado tarde.
La piel se repliega en arrugas.
El amor florece,
Florece,
Y se marchita.


Vladimir V. Maiakovky,
URRSS

jueves, 18 de septiembre de 2008

LA MUERTE VERDADERA, Waldina Medina

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.



Endurecí mis ojos para que ya no vieran

más pobreza

acallé mis oídos para que ya no oyera

más dolor

mutilé mis esperanzas para que ya no hablara

más Justicia

emparedé mi alma para que ya no amara

la Verdad

y cuando así maté lo más hermoso

me hice duro caucho

que no sonrió, no amó, ni siquiera lloró

mi propia muerte

porque la merecía

para siempre.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

TARDÍO Y PROFUNDO, Paul Celán


Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.



Maligna como palabra de oro esta noche comienza.
Comemos las manzanas de los mudos.
Hacemos un trabajo que bien puede dejarse a su fortuna;
en pie permanecemos en el otoño de nuestros tilos, como rojas
banderas pensativas,
como abrasados huéspedes del Sur.
Juramos por Cristo el Nuevo desposar el polvo con el polvo,
el pájaro con el zapato vagabundo,
el corazón con la escalera de agua...
Hacemos ante el mundo los santos juramentos de la arena,
juramos con gusto,
juramos en voz alta desde los techos del sueño sin imágenes
y agitamos la blanca cabellera del tiempo...

Ellos nos gritan: ¡Blasfemáis!

Desde hace tiempo lo sabemos.
Desde hace tiempo lo sabemos: ¿qué importa?
Vosotros moléis en los molinos de la muerte la blanca harina de
la Promesa
y la ofrecéis a nuestros hermanos y a nuestras hermanas.

Nosotros agitamos la blanca cabellera del tiempo.

Vosotros censuráis: ¡Blasfemáis!
Lo sabemos de sobra,
que venga sobre nosotros la culpa
que venga sobre nosotros la culpa de todas las señales de peligro,
que venga el mar burbujeante,
el viento acorazado del retorno,
el día de la medianoche,
que venga lo que no ha sido todavía.
Que venga un hombre de la tumba.

Paul Celán,
Alemania/Francia

(Tomado de: Con-fabulación Periódico Virtual confabulacion12@gmail.com).

martes, 16 de septiembre de 2008

TEST, Nicanor Parra

Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.

¿Qué es un antipoeta:
Un comerciante en urnas y ataúdes?
Un sacerdote que no cree en nada?
Un general que duda de sí mismo?
Un vagabundo que se ríe de todo
Hasta de la vejez y de la muerte?
Un interlocutor de mal carácter?
Un bailarín al borde del abismo?
Un Narciso que ama a todo el mundo?
Un bromista sangriento
Deliberadamente miserable?
Un poeta que duerme en una silla?
Un alquimista de los tiempos modernos?
Un revolucionario de bolsillo?
Un pequeñoburgués?
Un charlatán?
Un dios?
Un inocente?
Un aldeano de Santiago de Chile?

Subraye la frase que considere correcta.

¿Qué es la antipoesía:
Un temporal en una taza de té?
Una mancha de nieve en una roca?
Un azafate lleno de excrementos humanos
Como lo cree el padre Salvatierra?
Un espejo que dice la verdad?
Un bofetón al rostro
Del presidente de la Sociedad de Escritores?
(Dios lo tenga en su santo reino)
Una advertencia a los poetas jóvenes?
Un ataúd a chorro?
Un ataúd a fuerza centrífuga?
Un ataúd a gas de parafina?
Una capilla ardiente sin difunto?

Marque con una cruz
La definición que considere correcta.

Nicanor Parra,
Chile

Poema tomado de www.poemargens.blogspot.com, que dirige el poeta brasileiro José Antonio Cavalcanti.

lunes, 15 de septiembre de 2008

ME INDIGNO DE QUE ME CREAN INDIGNO, Julio Carmona



Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.


Sí, estoy rojo de dolor

Pero también de cólera porque no puede ser

Que las auroras sirvan sólo para despertar

A la misma pesadilla y que los ojos

Se abran sólo para gritar no quiero

Ahogarme en este llanto de luceros fofos

O que las manos encallezcan de no hacer nada

Para agarrarse a golpes con el obeso presente

Y hacerlo parir el porvenir

O haber nacido para olvidar

Los recuerdos apagados por el último disparo

De la traición a sabiendas de que el vino

En odres viejos siempre es mejor

Porque sirve de ejemplo

Y porque no puedo creer

En esos dioses falsos que se esfuerzan

En dorarnos la píldora y seguir embarazándonos

De miedo seguros como estamos de que nadie

Es dueño de la verdad y menos del que pregona serlo

Porque la verdad no se dice sino se hace

Y no nace sino se hace con cada latido

Del trabajo

Sí, estoy rojo de amor

Pero también de odio por los golpes recibidos

Desde hace siglos por los que creen que la piedra

Es de acero y aunque lo fuera qué se han creído

Que no duele el honor la dignidad o la vergüenza?


Sí, y por eso, liberando a la poesía de su aura núbil,

Me cago en la puta que los parió.



Julio Carmona
Perú