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sábado, 7 de junio de 2008

A LA PATRIA, Gabino Palomares


Voy a hablarte, querido compañero
,
De la patria que ha de forjarse abajo,
Con los que hacen andar las herramientas
Y no tienen más riqueza que sus manos.


No te puedo querer como te hicieron,
Quiero verte salir con tus conductas,
Las que nacen del alma de tu gente,
No con las que te dan a que consumas.


No te puedo mirar siempre engañado,
Eligiendo a los que impusieron ellos;
Mientras calman sus ansias de grandeza,
Tú te elijes los yugos a tu cuello.


No te puedo querer siempre callado,
Quiero oírte maldecir y blasfemando
Acabar con la paz que te inventaron
Para infundirte mil miedos a cambio.


Que la rabia se torne lucha, hermano,
Defendiendo lo que hicieron tus manos.
Nada valen los ricos sin tus horas
Que comparten los buitres del estado.


Responderemos ante la mentira
Y la rabia convertida en estrategia
Con dolor en maniobra organizada
Y esta lucha de abajo hecha conciencia.


Mienten cuando llaman "al trabajo
En armonía: los ricos y los pobres",
En mi casa hace falta el alimento
Y en la suya crecieron los millones.


Miente, señor, cuando dice conmovido
Que esta alianza ha de quitarme la pobreza:
Más baratas tal vez quiera mis manos
Para dar a unos cuantos la riqueza.


Usted dice patrias pobres contra ricas
Y en mi patria me siguen explotando,
¿Cuánto gana mi pueblo en su llamado?
¿Cuánto el rico va a estar aprovechando?


Mi enemigo me marca al enemigo
Y quiere que le ayude con el teatro:
El que a dos amos sirve, sirve a uno;
No me puede engañar, yo estoy abajo.


Sólo habré de llamarte Patria Mía,
Si tomamos las riendas y el camino;
Sólo habré de llamarte Patria Libre,
Si los ricos no marcan tu destino.


Gabino Palomares,

México


(Texto proporcionado por Gustavo Pérez Hinojosa).


viernes, 6 de junio de 2008

BREVE ANTOLOGÍA DE RAQUEL JODOROSWKY


HOMENAJE


(Y una semblanza de Katya Lapoint)


Declaración


Ya no me importa el escombro de la experiencia

Ese pasado con pies de plomo, no me sirve

Su arquitectura y engranaje roto

En el umbral de otros tiempos.

Hoy deseo la existencia sin nombre

El fuego del agua que corre

En la búsqueda del alma.

Quiero entrar en los juegos de otro sol

Olvidar los mínimos instrumentos del terror

La prolija piel que han marcado las torturas

No creo más en lo humano y sus enigmas

Ni el viento que hace muecas

Sobre un río de lenguas desatadas

No quiero abrir los cajones antiguos

Y que salte el espíritu de un ancestro

De barro y rostro desplumado. No quiero volver

A la casa desvastada llena de alas

De mariposas quebradas.

Nada de lo que tuve que aprender

Nada de pintar todo de rojo las catedrales del olvido

Sólo quiero vestirme de flor

De hoja que incendia

Y respirar como respira el mundo

En redondo, sin principio ni fin

Sola hacer frente a la soledad de mi destino

Y vivirlo más y mejor.



POEMAS


En el quinto día del quinto mes

Se inicia el bautismo del tigre.

Se le hace beber algunas gotas

De un líquido sagrado

Para que se convierta en mensajero

Del espíritu de la Montaña de Diamante.

Ahí se encuentran de manera visible

Rostros de sabios y nombres

Dados a cada piedra

Y donde quedó esculpido

El Modelo de la Creación.

Si alguien visita en persona

La Montaña de Diamante

Tragando carbones encendidos

Podrá vivir en más de una dimensión

Sin tener que abandonar la tierra.

Y si fija la mirada

En la región del misterio

Podrá contar cuántos Dioses

Desterrados danzan

En una sola lágrima del tigre.

En los mundos de arriba

Hay el camino de otras gentes

Un poblado de espíritus

De hombres y mujeres

Que desaparecen

Y vuelven a aparecer.

Salen de la piel

Hasta que la aurora

Encuentra al buscador.

En los rumbos de lo alto

Se reconocen los poetas

Que poseen una señal

En el ala derecha.

Sopla hacia el cielo

Tu pensamiento

Y lo verás...


-8-


Con la frente teñida de negro

Fui la Diosa de las Tormentas.

Con las mejillas coloreadas de azul

Fui la Diosa de las Grandes Lluvias

Con el cuerpo de la poesía

Sostuve el cielo

Y cualquier descifrador

Podía conocer

Cuando caía mi palabra

En los días de los hombres.

Así pude permanecer

Miles de años

Viviendo en los altares.

Pero el tiempo

Quita el poder

Que da el color

Y toda divinidad se vuelve

Sólo un puñado de tierra

Que nos mira...



-23-


Al son de la música sideral

El mundo va danzando

Nadie sabe a dónde

Colgado en el espacio soberano

Donde todo explota

Y se crea otra vez.

Y nosotros aquí adentro, sin sentido

Con nuestras locas vidas

Buscando la seguridad

Mientras la tierra corre por el cosmos

En trece movimientos, salta adelante

Se inclina a un costado luego al otro

Gira en sí misma, retrocede un grado

Da vueltas como un trompo de luz.

Nosotros, inmóviles buscando

La eternidad

Somos llevados nadie sabe a dónde

Metidos bajo las sábanas del misterio total.


ENSENTIDOINVERSO

Es necesario que el día
Nos contemple los huesos
Elevemos el amor desnudo
Al sol que está naciendo
Yo no tengo miedo de mostrar
El cuerpo que nos habita
A los que pasan
Y adivinan
Nuestra miseria
Faz a rostro yo te digo
Que en mí ya no existe
Ningún maravilloso secreto
Porque el día
Descubre el fondo
De las palabras que mienten


¿QUIÉN ES RAQUEL JODOROSWKY?


Raquel Jodorowsky, nació en Iquique-Chile en 1927. Ha publicado, entre otros, los poemarios: Dimensión de los días (1950), Aposento y Época (1952), El sentido inverso (1962), Mi casa abrakadabra (1970), 3 millones de años luz o el diario de una costurera (1972), Revelaciones de Alcindor (1983), Chan-Chan, maga lunar & Nazca nacer (1992), y el libro de cuentos Cuentos para cerebros detenidos (1974). Ha vivido gran parte de su vida en el Perú y se quedó en Perú para asumirlo como suyo.


Una mujer venida del fondo de la tierra, nacida geminiana adentro de una mina de cobre en el norte de Chile, hija de colonos: de un apaleado en Rusia, minero en Chile, profeta en Israel y de una madre constructora de arados y sembradora de maíz en Argentina. Raquel Jodorowsky, de oficio poeta, pintora, conversadora con lagartos, arañas y perros bravos. Aprendió a escribir antes de saber escribir. Descubrió los árboles a los once años y al ver al primero lo saludó creyéndolo un señor. Tiene trece libros escritos, un hijo y un gato. Cree firmemente en el hombre y en el arte.


¡¡¡ MÁS LARGA VIDA A ESTA ARTISTA, A TODOS LOS ARTISTAS!!

¡¡¡VIDA DIGNA PARA ELLOS!!

¡¡CALIDAD DE ATENCIÓN EN LA VEJEZ COMO UN DERECHO!!

¡¡AFECTOS Y SOLIDARIDAD!!


Katia Lapoint M.


(Textos proporcionados por la Maga Rosina Valcárcel).


jueves, 5 de junio de 2008

LA CASADA INFIEL, Federico García Lorca

A Lydia Cabrera y a su negrita

Y que yo me la llevé al río
Creyendo que era mozuela,

Pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
Y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
Y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
Toqué sus pechos dormidos,
Y se me abrieron de pronto
Como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
Me sonaba en el oído,
Como una pieza de seda
Rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
Los árboles han crecido
Y un horizonte de perros
Ladra muy lejos del río.

Pasadas las zarzamoras,

Los juncos y los espinos,
Bajo su mata de pelo
Hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
Tienen el cutis tan fino,
Ni los cristales con luna
Relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
Como peces sorprendidos,
La mitad llenos de lumbre,
La mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
El mejor de los caminos,
Montado en potra de nácar
Sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
Las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
Me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena
Yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
Las espadas de los lirios.

Me porté como quién soy.

Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
Grande, de raso pajizo,
Y no quise enamorarme
Porque teniendo marido
Me dijo que era mozuela
Cuando la llevaba al río.

Federico García Lorca,
España


(Texto proporcionado por Luis Anamaría, quien nos recuerda que un día como hoy, 05-06-1898, nació el poeta de Romancero Gitano y de Poeta en Nueva York).



miércoles, 4 de junio de 2008

DIEZ DÉCIMAS DE SALUDO AL PUEBLO, Alfredo Zitarrosa


Milonga

Allá en mi pago hay un poema
Que se llama No-me-olvides;
Quien lo conozca que cuide
Su recuerdo como gema,
Porque hay olvidos que queman
Y hay memorias que engrandecen,
Cosas que no lo parecen,
Como el témpano flotante,
Por debajo son gigantes
Sumergidos, que estremecen.

Mi pueblo es un mar sereno
Bajo un cielo de tormenta:
Laten en su vida lenta
Los estrépitos del trueno.
Puede engendrar en su seno
Las montoneras de otrora
Y cuando llegue la hora,
Mañana, también podrá
Sembrar a su voluntad
Mil estrellas en la aurora.

No hay cosa más sin apuro
Que un pueblo haciendo la historia.
No lo seduce la gloria
Ni se imagina el futuro.
Marcha con paso seguro,
Calculando cada paso
Y lo que parece atraso
Suele transformarse pronto
En cosas que para el tonto
Son causa de su fracaso.

Mi pueblo no es argentino,
Ni paraguayo, ni austral;
Se llama "Pueblo Oriental"
Por razón de su destino.
Pero recorre el camino
De sus hermanos amados,
El de tantos humillados,
El de América morena,
La sangre de cuyas venas
También late en su costado.

Mi pueblo no estuvo ausente
Ni mucho menos de espaldas
A la trágica y amarga
Historia del continente.
Fuimos un balcón al frente
De un inquilinato en ruinas
-El de América Latina
Frustrada en malos amores-,
Cultivando algunas flores
Entre Brasil y Argentina.

Pero mucho no duraron
Las flores en el balcón,
El rosquero y su ambición,
Imprudentes, las cortaron.
Y fueron las mismas manos
Que arruinaron el vergel,
Las que acabaron con él,
Las que hoy muestran, codiciosas,
En vez de ramos de rosas
Unas flores de papel.

No falta el bobalicón
Nostálgico del jardín,
Pero, entre todos, el ruin
Es el que trajo al ladrón;
Ese no tiene perdón:
Si protegen sus ganancias,
La decencia y la ignorancia
Del pueblo, son sus amores;
No encuentra causas mejores
Para comprarse otra estancia.

Ese sí, no es oriental,
Ni gringo, ni brasilero;
Su pasión es el dinero
Porque es multinacional.
Mentiroso universal
Desde que vino Hernandarias,
Piensa en sus cuentas bancarias
Ponderando a los poetas
Que hacen con torpes recetas
Canciones estrafalarias.

Así pues, no habrá camino
Que no recorramos juntos.
Tratamos el mismo asunto
Orientales y argentinos,
Ecuatorianos, fueguinos,
Venezolanos, cusqueños;
Blancos, negros y trigueños
Forjados en el trabajo,
Nacimos de un mismo gajo
Del árbol de nuestros sueños.

Y ahora reciban, señores,
Un saludo fraternal
Desde mi Pueblo Oriental:
Ya vendrán tiempos mejores.
Cifra de nuestros amores
Poncho patria es el encanto;
De mi pueblo y sus quebrantos
No les puedo conversar,
Solo les quise entregar
Su corazón con mi canto.

Alfredo Zitarrosa,
Uruguay




martes, 3 de junio de 2008

DOS POEMAS de Lydia Raquel Pistagnesi



Descansa la noche sobre el misterio


Salgo a caminar sobre senderos florecidos, enredados en espirales de sueños inconclusos, para calmar mi sed de soledades, a lo lejos un resplandor anuncia que existen nuevos amaneceres. Este es el momento esperado para arrojar sobre los surcos de tu memoria, jirones de ese pasado que aún duele.

Cuando el estío entibie mi tristeza y una alfombra de trigales ondule ante el azul de tu mirada, la curiosidad quizás te invite a recoger una espiga, la más humilde, la más débil. Ese será el momento para que ángeles dormidos despierten de su letargo de eternidades y humedezcan de rocío tus mejillas, mientras la risa lleva a tus sentidos el perfume de mi piel, que aún tiembla ante tu recuerdo.


En nombre del ángel


Agreste:
Como la tierra que los cobija.
Ojos curiosos, grandes, oscuros.
Mirada tierna, sonrisa ingenua.


Mañana fría:
Pájaro libres, plumaje yermo,
Duendes jugando, suave remanso,.
Caritas sucias, hambre, indigencia


Llora viajero:
Cuesta observarlos
Mimetizados en el follaje,
Alas mojadas, lapacho, tierra.


Mytay:
Frágil figura en el paisaje
Vuela descalzo hacia la luz,
Arpegios mágicos crea su canto.


Antiguo olvido para sus sueños:
Piélago frío enrededor
Simple protesta enmudecida.
Tupa Nehethu....(Oliendo a Dios)


¡CEIBOS EN FLOR!


Lydia Pistagnesi,
Argentina




lunes, 2 de junio de 2008

ESTE CORAZÓN QUE ODIABA LA GUERRA, Robert Desnos



Este corazón que odió la guerra,

Hoy anhela el combate y la batalla.

Este corazón que sólo latió al ritmo de mareas y estaciones

De las horas del día y de la noche,

Se inflama ahora y manda a sus venas

Una sangre palpitante de salitre y de odio.

Tanto ruido lleva al cerebro que los oídos silban,

Y no es posible que ese ruido no invada la ciudad y aún los campos

Como el sonido de una campana llamando a la rebelión y al combate.

Escuchad cómo vuelve en la repetición del eco.

Pero no. Es el ruido de otros corazones.


Es el ruido de millones de otros corazones que laten como el mío en toda Francia.

Todos esos corazones palpitan al unísono con la misma mística.

Su ruido es el del mar al asalto de los acantilados

Y toda esta sangre lleva a millones de cerebros la misma consigna:

¡Todos contra Hitler y muerte a sus secuaces!

Sin embargo este corazón odiaba la guerra y palpitaba al compás de las estaciones,

Pero una sola palabra: Libertad

Despertó las cóleras antiguas.

Y millones de franceses se preparan en la sombra para el alba que le devolverán.

Queridos corazones que harán la guerra y lucharán por la libertad

Con la certeza de las estaciones y de los mares

Con la fuerza del día y de la noche.


Robert Desnos,

Francia (París, 1900)


Es uno de los poetas de la Resistencia Francesa, murió en el campo de concentración de Terezin (Checoslovaquia, 1945). En su pecho se encontró el último poema de amor, para su mujer soñada.


(Texto proporcionado por Christina Castello).



jueves, 29 de mayo de 2008

BREVE ANTOLOGÍA, Alejandro Romualdo



PERÚ EN ALTO

Según mi modo de sentir el fuego
Soy del amor: sencillamente ardiendo.
Según mi modo de sufrir el mundo,
Soy del Perú, sencillamente siendo.

Tierra del sol, marcada al negro vivo,
Llorando sangre por los poros, sombra
A media luz del bien, a media noche
Del día por venir. Yo estoy contigo.

Golpe, furia, Perú: ¡todo es lo mismo!
Saber, a ciencia incierta, lo que somos,
Buscando a media luz, otro destino,
Con todo el cielo encima de los hombros.

Por eso quiero alzarte, recibirte
Con los besos abiertos,
Junto a la luz,
Ardiendo de alegría.


SOBRE LA INFANCIA


La infancia nos llena la cabeza de luciérnagas,
De polvo las rodillas y los ojos nos cubre
Dulcemente. La infancia nos llena las manos
De globos y limosnas; la boca de pitos y azucenas
Y nos cobre las espaldas con sus plumas de cigüeña.
En la infancia son monarcas los ratones y los dientes.
¡Oh la infancia, la hora blanca del reloj,
El tierno silabario, el bonete de los ángeles y el duende!
Uno se siente nuevo, herido por un corcho,
Muerto heroicamente sobre un caballo de madera:
Amo mi infancia, mi corazón en pantalones cortos.



EL CUERPO QUE TÚ ILUMINAS


Porque eres como el sol de los ciegos, Poesía,
Profunda y terrible luz que adoro diariamente.
Mis ojos se queman como los ojos de las estatuas
Mi corazón padece como un vaso de vino en un armario.

Tú eres un puente de agonía, un mar animado
De agua viva y palpitante. Tú te alzas y brillas:
Yo giro alrededor de ti; alta y pura te miro
Como los perros a la luna, como un semáforo para morir.

¡Oh Poesía incesante, mi buitre cotidiano,
Me tocó servirte en el reparto de sufrimientos:
Como un niño exploraba las tierras pálidas del sol.

¡Oh Poderosa! Yo soy para ti uno de los miembros
De esta numerosa familia sideral
Compuesta de padres e hijos milenarios.
Yo soy para ti la noche: Tú me enciendes,
Ardo en el vientre universal,
Rabio con las olas y las nubes,
Escribo al girasol que me ama diariamente deslumbrado.

Yo te devuelvo, amor mío, como un espejo desierto
En cuyas entrañas están las cenizas de donde Tú renaces.
Yo te devuelvo amor, mi vientre se renueva sin cesar.
Tú te ocultas y muerdes, entonces, como una ola gloriosa, llena de dulzura y vigor.

¡Oh Poesía, mi rayo divino y cruel, clava tu pico,
Devora el fuego que me abate, apaga esta zarza inmortal!

He aquí mi cuerpo, roído por las estrellas,
Pálido y silencioso como un dios que ha cesado
Y que Tú arrastras, borrándolo, como el mar o la muerte.



SI ME QUITARAN TOTALMENTE TODO


Si me quitaran totalmente todo
Si, por ejemplo, me quitaran el saludo
De los pájaros, o los buenos días
Del sol sobre la tierra,
Me quedaría
Aún
Una palabra. Aún me quedaría una palabra
Donde apoyar la voz.

Si me quitaran las palabras,
O la lengua,
Hablaría con el corazón
En la mano,
O con las manos en el corazón.

Si me quitaran una pierna
Bailaría en un pie.
Si me quitaran un ojo
Lloraría en un ojo.
Si me quitaran un brazo
Me quedaría el otro,
Para saludar a mis hermanos,
Para sembrar los surcos de la tierra,
Para escribir todas las playas del mundo, con tu nombre, amor mío.



RESPONSO POR UN PAYASO NEGRO


Aquí yace Sam Brown. Aquí descansa su rueda pálida,
La que hacía girar sencillamente bajo sus pies como
Un planeta o una ola.
Lejos de su infancia silvestre, de la fiebre sexual, del
Tambor y de la danza hirviente.
Lejos. Dejó su infancia de leopardos y grullas y flores exóticas.
Aquí yace, más frío que la luna, más triste que el vino,
Derramado y oscuro como un vaso de miel para todas las
Moscas de la destrucción.
Una familia de arlequines le reza. Los astros del circo lloran
Y se apagan:
La muerte es una rueda muy traicionera, un jaguar silencioso
Que cae desde lo alto -desde cualquier hora-
Como un fruto encendido cae desde cualquier estación.
Aquí yace Sam Brown, más pálido que un espejo bajo la
Hierba mortal.
Su último traje ya no se arruga, el traje de la función final
En la cual tenía que caer junto con el telón
De la vida y la rueda.

Pidamos que la muerte no nos deje decir nada.
Pidamos que la muerte nos separe, nos desgaje suavemente.
Pidamos que nos haga desaparecer como un ilusionista.
Roguemos porque la muerte llegue como el extraño que nos pregunta por la hora.
Porque Sam Brown ya no se mueve.
Porque aquí yace Sam Brown como un girasol ciego.


Alejandro Romualdo,

Perú