Descansa la noche sobre el misterio
Salgo a caminar sobre senderos florecidos, enredados en espirales de sueños inconclusos, para calmar mi sed de soledades, a lo lejos un resplandor anuncia que existen nuevos amaneceres. Este es el momento esperado para arrojar sobre los surcos de tu memoria, jirones de ese pasado que aún duele.
Cuando el estío entibie mi tristeza y una alfombra de trigales ondule ante el azul de tu mirada, la curiosidad quizás te invite a recoger una espiga, la más humilde, la más débil. Ese será el momento para que ángeles dormidos despierten de su letargo de eternidades y humedezcan de rocío tus mejillas, mientras la risa lleva a tus sentidos el perfume de mi piel, que aún tiembla ante tu recuerdo.
En nombre del ángel
Agreste:
Como la tierra que los cobija.
Ojos curiosos, grandes, oscuros.
Mirada tierna, sonrisa ingenua.
Mañana fría:
Pájaro libres, plumaje yermo,
Duendes jugando, suave remanso,.
Caritas sucias, hambre, indigencia
Llora viajero:
Cuesta observarlos
Mimetizados en el follaje,
Alas mojadas, lapacho, tierra.
Mytay:
Frágil figura en el paisaje
Vuela descalzo hacia la luz,
Arpegios mágicos crea su canto.
Antiguo olvido para sus sueños:
Piélago frío enrededor
Simple protesta enmudecida.
Tupa Nehethu....(Oliendo a Dios)
¡CEIBOS EN FLOR!
Lydia Pistagnesi,
Argentina
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