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miércoles, 19 de marzo de 2008

CUANDO ENTRE HIERROS ME PUSIERON, Pompeyo del Valle



Cuando entre hierros me pusieron
Los carceleros de mi patria
Para que no cantara tu hermosura,
Oh, virgen combatiente,
Sonora estrella, luminosa
Palabra de los libres,
Yo soñaba contigo;
Yo besaba uno a uno
Tus pétalos dispersos
De rosa elemental;
yo despertaba
A cada amanecer con la memoria
De tu luz en el alma.

Yo soñaba contigo
Recordando
Muchos nombres queridos
De seres y comarcas.

De noche, en el silencio de mi celda,
Cuando sólo se oían
Los pasos del guardián
Como golpes de cuero
Rebotando en los muros,
Confiaba en tus banderas
Y todo en mi interior resplandecía.

Porque no hay fuerza en el mundo
Capaz de detenerte,
Ni piedra ni puñal que te aniquilen;
Porque tu mano, ¡oh, virgen!
Dadora de esperanza,
¡Capitana!
Fertiliza los campos y alimenta
El fuego matinal cuyo mensaje
Atravesó las rejas de mi celda
Cuando entre hierros me pusieron
Los carceleros de mi patria.

Pompeyo del Valle,
Honduras

martes, 18 de marzo de 2008

DOS SONETOS, Alcides Spelucín



I: "La hora de la desolación"


La cortina del cuarto tiene frío y tirita.
El viento entra con pasos capciosos de ladrón.
La luna es una concha llena de agua bendita,
Y mi alma ya no sabe de la santiguación.

Es tarde. Aún no duermo. ¡Hay algo que me incita
A no dormir en esta paterna habitación!
¡Yo no sé! Esta noche, en mí se han dado cita
Tantos viejos recuerdos, ¡que ya no hay extensión!

¡Y en esta alcoba muda que huele a cirio y rosa,
Hay aleteos de alma! Y una voz temblorosa,
-¡Quizá el silencio mismo!- arrastra una oración.

¡La vida que sonríe, al umbral se detiene!
¡Y hasta el oro fragante de la mañana tiene
Color de labios muertos en esta habitación!

II: "La hora penúltima"

Serás, en esa tarde, como una puerta abierta,
Y a niños y a mancebos prometerás la entrada;
Pero huirán, como huyen de la vetusta rada
Los tiernos bergantines de arboladura experta.

Será un distante anhelo de lumbre tu mirada,
Y tus ojos opacas lagunas de agua muerta.
¡Tendrás la enjuta mueca de una casa desierta,
Y el viento del olvido te dirá su balada!

Será la hora maga en que los aposentos
Se embadurnan de sombra; en que pasan los vientos
Como esas largas colas de las abuelas muertas...

¡Todo tendrá un semblante presagioso de espera,
Y se oirá, por último, la palabra agorera
De ese algo sombrío que hay detrás de las puertas!

Alcides Spelucín,
Perú


domingo, 16 de marzo de 2008

VOLVER A LOS DIECISIETE, Violeta Parra




Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente,
volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.

Se va enredando, enredando,
como en el muro la hiedra,
y va brotando, brotando,
como el musguito en la piedra.
Ay si si si

Mi paso retrocedido
cuando el de ustedes avanza,
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido,
con todo su colorido
se ha paseado por mis venas
y hasta las duras cadenas
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.

Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido el saber,
ni el mas claro proceder
ni el más ancho pensamiento,
todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencias,
sólo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.

El amor es torbellino
de pureza original,
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros,
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo solo el cariño
lo vuelve puro y sincero.

De par en par la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana,
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmín,
volando cual serafín
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.

Violeta Parra,

Chile

sábado, 15 de marzo de 2008

De: VIVIR ADREDE, Mario Benedetti


64. Aleluya

Aleluya. El tiempo pasa y yo sigo viviendo, con los dolores y las ausencias de siempre pero sigo viviendo. Con la suerte y la muerte a la vista, con las golondrinas y los buitres, con el alma en pena y la cordura casi loca, con las cenizas del olvido y el pan duro de las promesas. Pero sigo viviendo.

Aleluya. En alguna rara ocasión mi soledad se llena de prójimas y mis brazos abrazan y abrasan. Mi memoria viaja de noche en noche; mis jardines, de amanecer en amanecer.

De todos los puentes cruzo el más frágil: el que une tu desolación con mi consuelo, y mi consuelo con tu desolación, Acaricio los pinos antes de que en el próximo vendaval besen el suelo.

Aleluya. Cuando encuentre la verdad aún estaré a tiempo para llevar mi infancia conmigo y clavarla luego como un afiche en la pared de la cocina. Nos vamos para volver; volvemos para irnos de nuevo. El tiempo es un viaje de escalas infinitas donde aprendemos y enseñamos algo.

Aleluya. Piso tantos umbrales que los pies desnudos me arden. Desde esos umbrales imagino el infierno, pero de pronto recuerdo (aleluya x 2) que soy ateo, tanto de Dios como del diablo.

Vivir aquí, en los arrabales del universo, no está tan mal. Dos por tres vienen pájaros curiosos, con su experiencia del espacio, y acaban colgándose en un crepúsculo de árboles. Crecimos en un exilio de la esperanza, sin advertir que era un exilio de la nada.

Aleluya. La nada también puede ser todo y los otros también pueden ser nosotros. Si la tristeza nos empapa con su lluvia, digamos aleluya aleluya, primero despacito y luego en alarido, para que al fin nos encierren, así sea medio por az

Adrede

1. Todo es adrede

De todos los tiempos, los viejos y los nuevos, quedan virutas de la vida. A pesar de las tropas invasoras, de las religiones que bendicen las guerras, de los profesionales de la tortura, de los imperios del asco, de los amos del petróleo, del fanatismo con los misiles. A pesar de todo, van quedando las virutas de la vida. A ellas nos abrazamos y encomendamos, con ellas nos nutrimos nuestra endeble conciencia y alimentamos sueños y ensoñaciones.

Todo es adrede, bien lo sabemos. Desde el maleficio de las drogas hasta el desmantelamiento de la juventud. Todo está destinado a que no creamos en nosotros mismos y menos aún en el prójimo indefenso.

Nos obligan a vender por peniques el patrimonio virgen, y en el mercado de cambio compran sentimientos con promesas. Todo es adrede: los celos y el recelo, sospechas y codicias, odios en desmesura, el rencor y la pugna. La consigna es someternos, mentirnos el futuro, reconocernos en nada.

Todo es adrede y por eso construyen ideologías/basura donde intentan moler las virutas de la vida. De la vida. La nuestra. Ah, pero no podrán. También nosotros creamos nuestro adrede. Aposta lo gastamos. Y adrede ya sabemos cómo sobrevivir.

De cachivaches

13

Los médicos cubanos han curado tantas cataratas, que deberían ocuparse de las del Niágara.

15

Se dice que aquellos pontífices que bendecían cañones, padecían insomnios evangélicos.

21

Los pordioseros piden por Dios y por Eros.

51

En los perdones, siempre hay una pizca de hipocresía.

78

Los ascensores suben al décimo piso y luego vuelven a planta baja, pero nadie los llama descensores.

Mario Benedetti,

Uruguay

viernes, 14 de marzo de 2008

FRASES DE ENTRETIEMPO, Jorge Teillier


-Vivo en el campo a riesgo de convertirme en un vegetal.

-Voy a publicar mi autobiografía, porque así puedo contar mentiras.

-La sociedad considera como leprosa a la poesía, entonces mata la imaginación y la inspiración queda relegada al desván de los muebles viejos.

-Los ecólogos son tramposos, deberían, como los indios, vivir alejados de la urbe.

-Si hay guerra, voy a comandar el batallón de los desertores.

-Los pueblos hambrientos siempre ganan la guerra, van al saqueo y lo último que pueden perder es la vida estúpida que llevan.

-A los 50 sólo me queda la andrajosa melancolía de envejecer y ser mal ejemplo para la juventud. Y eso me gusta.

-Ese poeta es demasiado perfecto, es un poeta de computadora.

-Las mesas de madera son muy importantes, porque los árboles están con uno.

-Cuando uno escoge la poesía deja el ser físico, y la inteligencia apuesta por la muerte y el asombro.

.Me gustaría ser famoso, pero sólo mirándome al espejo.

Sobre el beber y los bares

-Bebo para combatir el tiempo y los temibles pasos de la realidad.

-Bebo porque es aburrido ver la realidad.

-Con el alcohol uno se pone siútico, sin problemas con el tiempo.

-Con el vino soportas a la gente, pero la gente no te soporta.

-Beber te ayuda a estar vivo en un país de idiotas.

-Algunos son abstemios por problemas de salud. Otros, son de nacimiento y eso los hace poco humanos. Otros, son alcohólicos arrepentidos.

-En los bares nadie se molesta por las letras que tienes que pagar, por el tiempo que pasa, por los cheques a plazo.

-El bar es un punto de encuentro de fracasados. Los triunfadores son aburridos porque siempre tienen que ganar y tienen miedo a perder sin pena ni gloria.

-Estoy escribiendo un libro que le enseñe a la gente a vivir con los alcohólicos.

Jorge Teillier,

Chile


Texto proporcionado por Juan Cristóbal (igual que el de Facundo Cabral).


jueves, 13 de marzo de 2008

VIVIENDO SE APRENDE A VIVIR, Facundo Cabral


Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho, si digo “manzana” no es la maravilla innombrable que enamora el verano. Si digo “árbol”, apenas me acerco a lo que saben las aves; el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.


Sé que la palabra no es el hecho, pero sí se que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras.


Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.


Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde.


Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí.


Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.


De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (o al hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir “basta” al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.


Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.


Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía. Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse instantáneamente para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón.


Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día.


Vive de instante en instante porque eso es la vida. Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento? Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?


No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.


Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no digas “no puedo” ni en broma porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.


Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.


Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta.


Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.


El bien y el mal viven dentro de ti, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.


No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia. Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente.


Facundo Cabral,

Argentina



miércoles, 12 de marzo de 2008

ÍCARO ENSAYA SU PRIMER VUELO, Rodolfo Pacheco


BOSQUE DE PALABRAS sigue de duelo, por la desaparición del joven poeta Rodolfo Pacheco. A manera de homenaje, este poema suyo:

La primera tristeza que invadió su corazón de niño:

Saber que no era un ave

Que no podía volar

Y saber que eso era tan físico como su odio a sí mismo

Que más bien iba a ser un hombre de bien y olvidarse de tantas cosas

Desagradable aroma de su inocencia

Cada tarde ensaya su vuelo y cae siempre de cabeza

Llora, gime, mira con envidia a las aves

Alguna vez probó marihuana

Y aquel viaje terminó en una golpiza

Pero no se rinde

Crea artilugios de poeta, sueña con plumas y que es un ave fénix

Hermoso, ÍCARO, pero tonto, tercamente, cae mil y mil veces

Y así crece, con dolor, pero no le salen alas

Le salen brazos con los que trabaja de noche

Y piernas con las que huye de día

Huye de aquella maldición de estar pegado a la tierra

De aquella estúpida gravedad

Que no lo deja volar

Quiere dejar atrás todo dolor

Emigrar a una tierra donde nadie lo dañe

Donde pueda hacer piruetas en el aire, feliz, ÍCARO.

Rodolfo Pacheco,

Perú