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viernes, 11 de abril de 2008

ARENGA AL PERUANO, Mario Florián


No te sientas pequeño, hombre común peruano,
Peruano de estos días, confirma tu grandeza
Delante de tu huésped, delante del foráneo
Que llegó de muy lejos a comer de tu mesa;

Que llegó de muy lejos a vivir en tu espacio,
Y a hablarte de su origen y a hablarte de su fuerza.
Tú desciendes del puma, tú desciendes del rayo.
Y en tus músculos duerme colosal fortaleza.

No te humilles. Despierta. Elévate, peruano.
Erígete. Ya es hora. Revive tu ejercicio
De amansador de mundos, de continentes bravos,
De forjador de imperios sobre los precipicios.

Levántate, peruano. Pisa, otra vez, tu tierra.
Que el horizonte vea tu figura broncínea
De semidiós, de cóndor. Despliega tu mirada
Y el poder de tus alas y tu aptitud antigua.

Vindícate en tu tierra… Porque estás en tu tierra
Desde hace eternidades… Y tu tierra te adora.
¡Exprésate, peruano! ¡Exprésate de nuevo!
¡Sé heroicidad, destino! ¡Levántate! ¡Ya es hora!

Mario Florián,
Perú


jueves, 10 de abril de 2008

LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO, Gabriel Celaya


Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
Mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
Fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
Como un pulso que golpea las tinieblas,
Cuando se miran de frente
Los vertiginosos ojos claros de la muerte,
Se dicen las verdades:
Las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
Que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
Piden ser, piden ritmo,
Piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
Con el rayo del prodigio,
Como mágica evidencia, lo real se nos convierte
En lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
Como el pan de cada día,
Como el aire que exigimos trece veces por minuto,
Para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
Decir que somos quien somos,
Nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
Cultural por los neutrales
Que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
Y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
Y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
Que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
A la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
Con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
Y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
Como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.


Gabriel Celaya,

España.


(Texto proporcionado por Gustavo Pérez Hinojosa).

miércoles, 9 de abril de 2008

AUTOBIOGRAFIA, Juan Cristóbal


Me pervierto cuando hablo de mi vida
Cuando pienso en las raíces oscuras de mi sino
En la sinceridad imberbe de las plantas
En las heridas inocuas de los cielos
En los ojos infernales de los perros /
Mi vida / como veis /
Está llena de sapos y culebras
Alimañas y ladrones
Y no sé descifrar las miradas que me miran
Las palabras que me hablan
Los silencios que me quieren /
Por eso creo que la vida es una mierda
Un pedazo de locura atravesando los desiertos
Que nos hace creer -ingenuamente-
Que la felicidad es lo único valedero en el concierto
Para aceptar la delicia indispensable para ello:
Que la existencia es otra historia / otro espacio / otro modo
De ver la desvergüenza de los días
Los callejones intransitables de la muerte /
Pero todo /
Si lo entendéis bien / desde la miseria de los gritos /
No es sino una mentira inventada en el principio
Un desliz fatigado y envejecido en las ojeras de los gatos
Una forma reiterativa de amarrarnos a la mazmorra del olvido
A los mástiles palurdos y encebollados de los miedos /
Por eso envejezco sin hablarle a mis parientes
Sin mentarle la madre a los pendejos
Sin hacerle caso a los organilleros en los parques /
Y si miro de reojo a las muchachas
O fumo o sonrío en los prostíbulos baratos
Es una forma de agradecer a los vecinos
El estar vivo en este mundo
Soportando los chismes de la lluvia
Las injurias de los tontos
Y para hacerles creer a los incautos
Que me masturbo con las flores y las nubes y el mar
Picotón de las delicias
Cuando –en verdad-
Solo pienso en las figuras simiescas del delito
En los paisajes abandonados de las ruinas /
Por eso es que prefiero los fulgores desorbitados del pasado
A la codicia fervorosa y rudimentaria del futuro
Que siempre aparece y desaparece en las colinas
Como el rostro más oscuro y tenebroso de los tiempos /
De allí las preguntas que se me salen como trompos
Del fondo del pellejo:
¿Qué soy –realmente- en este mundo?:
¿Un moscardón rondando los arrabales de la noche?
¿Una sombra extraviada en los umbrales del delirio?
¿La melodía perdida y enloquecedora de los niños?
¿O ese geranio desatado en las tierras baldías del peligro ? /
Como las respuestas no llegan como quiero
No me queda más remedio
Que seguir siendo el silencio de una voz desconocida
Revelando sus secretos a la inocencia de la oruga
A los huevecitos pasados de los grillos /
Mientras siento desbocarse tiernamente mis aullidos
Como un fantasma
Por los restos de un universo sin sentido
Y entrar por esa puerta que jamás volverá abrirse
A no ser para encontrarse con las telarañas del vacío /
De este modo reconozco que la tristeza y la muerte
Son mis amigas y enemigas en el sueño
Compañeras inseparables de los mendigos y boxeadores
En el alba
De los poetas y jubilados en la tierra /
Y si se aman y comprenden
Como el sol cuando se arrecha con la luna en los hospicios
De la nada
Es porque les encanta viajar juntas
Hacerse arrumacos en todas las tabernas
Darse besitos en los asilos desesperados de la playa
Mientras derraman sus garbos y lisuras
Y sus voces insepultas
En todo el confín azul del universo

Juan Cristóbal,
Perú


martes, 8 de abril de 2008

MI POETA, Rosina Valcárcel


Mi poeta con ojos de jaguar dormido
Ya no aguarda más mi llegada
La dicha se ha esfumado cual una leyenda
Ya espera poco del color mítico
¿Hemos extraviado la lámpara del Amor?

Amanecí a tu lado zambullida entre carcajadas
E inicié el rito del llanto al ver tu libro inédito
Sobre mi mesa de noche
¿Quién tuvo una existencia jubilosa?
Hemos estado fatigados y enfermos
Y lanzamos todo al pozo del demonio

Pero, te cuento, mi bello juglar
El relámpago azul ha durado
Tanto como la edad de nuestros hijos
Independientes / rebeldes/ hijos de la vida
El reloj de arena no mastica tus manos, mi caminante.

Tu rostro es más bello que el olor del mar
Cuando cae el Sol

Y más bello que aquél Ángel
Que se presentó mientras dormía

Y más bello que el color de la arena
De la playa Punta Sal.


Platicaré del Árbol y la Luna negra y te elevaré altísimo
Sobre las pasajeras nubes mortales
Pintadas de azul esmeralda y gris plata
Tú no eres Narciso capulí a la hora del amanecer
La felicidad terrestre es poder
Leer un fragmento de tus cartas.

Rosina Valcárcel,
Perú


lunes, 7 de abril de 2008

EL VASO, Juan Gonzalo Rose



Roto ha de estar, supongo,

El vaso cojo de mi antigua casa.
¡Cómo ha podido contener, él solo,
El agua toda que bebí en mi infancia!

Alguna mano familiar y amiga
Debió romperlo -una tarde acaso-
Y toda el agua de mi infancia rota
Cayó en mi alma, viuda de ese vaso.

No lo neguéis (mamá, no ha sido adrede)
Desde aquí estoy viendo,
Parado y solo en terraplén extraño,
El agua de mi infancia derramada.

Así como yo cuido mi corazón, cuidadme
Los amados objetos de este reino
Que edifiqué con risa ya llorada.

Ayer -no me lo dijo nadie, lo he sabido
Como se advierte el dolor del llanto
En la cama de hotel que nos cobija-
Alguien ha roto el vaso donde un niño
Supo peinar la sed de lo jugado.

Por eso insisto:
Guardad las cosas del que está lejano,
Defendedlas de los vuelos terribles de la mano.

Estar ausente tantos años hace
Sentirse un muerto al vivo más presente
Y por eso perdono (yo, el culpable)
Tanto naufragio,
Tanta rotura de alma impunemente.

Pero el vaso, no, el vaso nunca:
Otros vasos habrá, pero ninguno
Que conserve los versos de la fuente.

Juan Gonzalo Rose,
Perú

domingo, 6 de abril de 2008

PINCELADA, Julio Chiroque Paico


Darwin, todos en la casa tenemos un apodo
Del desarrollo de la naturaleza orgánica
No me quejo de la procedencia límite
Soy hermano de los ecuatorianos
Y amigo de latinoamericanos
Algunos dicen que soy de centro América
Lo que es hoy el sur de los estados unidos
De norte América y norte de México
Cuentan por acá que vinieron de tan lejos
Y se instalaron en el llamado catac ccaos
De por allí es mi apellido paterno
Chirokke o chirocque o chiroque
Tengo todos los males de la tierra
Me la doy de cantor y bravucón
Bailarín y colemos arriero y caminante
Por mi línea materna dicen que soy planta
Es verdad porque me riego con agua
Y me escurro sinuoso por los caños
Mama siempre interrogaba y me interroga
Para qué sirven tales y cuales remedios
Cada vez que visito a mi señora madre
Me acoge con sus adentros familiares
Algunos escriben mi apellido materno
Con la “y” griega digo así no se escribe sino
Con la “i” latina, Paico
En mis años mozos crucé el tumpis y el guayas
En aquellos lares lejanos recibí información
De la llegada de unos disfrazados
Con alforjas bacías y ambiciones
Y al costado una Biblia manoseada
Ahora han cambiado de nombres
Siguen siendo los mismos de antes
En mis sueños vuelo y vuelo
Despierto asustado y arropado
He decidido ser hualtaco
Presumo que es la génesis
Y desarrollo del incanato
En mi pueblo el hualtaco se hace piedra
Y en la estancia de mama hay una piedra
Que ha empezado a latir y latir

Julio Chiroque Paico,
Perú


sábado, 5 de abril de 2008

PERSEGUIDO POR BUENAS RAZONES, Bertolt Brecht


He crecido hijo
De gente acomodada. Mis padres
Me pusieron un cuello almidonado, me educaron
En la costumbre de ser servido
Y me instruyeron en el arte de dar órdenes. Pero
Al llegar a mayor y ver lo que me rodeaba,
No me gustó la gente de mi clase,
Ni dar órdenes ni ser servido.
Abandoné mi clase y me uní
Al pueblo llano.

Así,
Criaron a un traidor, le educaron en sus artes, y ahora
Él los delata al enemigo. Sí, divulgo secretos. Entre el pueblo
Estoy, y explico
Cómo engañan, y predigo lo que ha de venir,
Pues he sido iniciado en sus planes.
Descuelgo la balanza de su justicia y muestro
Sus pesas falsas.
Y sus espías les informan
De que yo estoy con los robados cuando
Preparan la rebelión.

Me han advertido y me han quitado
Lo que gané con mi trabajo. Como no me corregí
Me han perseguido,
Y aún había en mi casa
Escritos en los que descubría
Sus planes contra el pueblo. Por eso
Dictaron contra mí una orden de detención
Por la que se me acusa de pensar de un modo bajo, es decir,
El modo de pensar de los de abajo.
Marcado estoy a fuego, vaya a donde vaya,
Para todos los propietarios.

Mas los no propietarios leen la orden de detención
Y me conceden refugio. A ti te persiguen,
Me dicen,
Por buenas razones.

Bertolt Brecht,
Alemania