Visítenos ahora en

Visítenos ahora en www.juliocarmona.com

martes, 4 de marzo de 2008

GRATITUD, Oliverio Girondo


Gracias aroma

Azul,
Fogata
Encelo.

Gracias pelo
Caballo
Mandarino.

Gracias pudor
Turquesa
Embrujo
Vela,
Llamarada
Quietud
Azar
Delirio.

Gracias a los racimos
A la tarde,
A la sed
Al fervor
A las arrugas,
Al silencio
A los senos
A la noche,
A la danza
A la lumbre
A la espesura.

Muchas gracias al humo
A los microbios,
Al despertar
Al cuerno
A la belleza,
A la esponja
A la duda
A la semilla,
A la sangre
A los toros
A la siesta.

Gracias por la ebriedad,
Por la vagancia,
Por el aire
La piel
Las alamedas,
Por el absurdo de hoy
Y de mañana,
Desazón
Avidez
Calma
Alegría,
Nostalgia
Desamor
Ceniza llanto.

Gracias a lo que nace,
A lo que muere,
A las uñas
Las alas
Las hormigas,
Los reflejos
El viento
La rompiente,
El olvido
Los granos
La locura.

Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
Sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo
Muchas gracias.

Oliverio Girondo,
Agradecido.


Oliverio Girondo,
Argentina



domingo, 2 de marzo de 2008

SEÑORAS Y SEÑORES, Fernando Lamberg




POEMA LXV


En la vida uno tiene compañía.
En la muerte está solo.
Pero, ¿qué compañía se puede tener
En un planeta lleno de furia?
Nosotras, las grandes familias
Sentimos esa asfixia,
La falta del oxígeno.
Creemos que nada puede consolarnos.
Llegó el tenis de la hora final,
El golf del último crepúsculo,
El polo del potro agonizante,
El skí de la nieve más fría.
¿Qué será de nosotras,
Las familias de tradición,
Si sopla un viento nuevo,
Si se enciende la fragua de la rebeldía
Si cada cual cree que puede ser amo.
Ya lo dijo Ortega:
Las masas se rebelan.
No aceptan la existencia
De esta selecta minoría.
No creen que las rosas necesitan quince generaciones para florecer,
No aceptan que un galgo de raza tiene heráldica,
Que el vino se envejece,
Que la porcelana debe tener fragua especial,
Que la historia no es de descamisados.
Pero sopla este viento maléfico,
Se acercan los obreros,
Llegan los campesinos,
Hay tanta gente que nadie ha presentado,
Tantas muchachas sin estreno en sociedad,
Tantos muchachos de colegios modestos.
Aparecen personas que nunca habíamos visto,
Seres de ninguna embajada,
Mujeres sin teléfono,
Hombres sin automóvil,
Tanta gente sospechosa de proletariado.
¿Y qué haremos ahora?
¿Por qué nos acorralan?
¿Por qué no entienden que el sol nos pertenece,
Que la luna es madrina,
Las estrellas cuñadas,
Que la tierra necesita al patrón,
Que la fábrica requiere ejecutivos?
Suena esta marea mortal para nosotros.
Las estatuas no nos defienden.
Los jardines no atajan esos pasos.
Angélica, Asunción, Rodolfo,
Frutos genealógicos,
Racimos de nuestra vid,
Defiéndannos.
No dejen que estos pasos rompan nuestras baldosas,
Que estas manos quiebren nuestra vajilla.
Defiéndannos en nombre
De lo más sagrado:
La propiedad y la familia.

Fernando Lamberg,
Chile

sábado, 1 de marzo de 2008

LIBERTAD, Juan José Arreola


Hoy proclamé la independencia de mis actos. A la ceremonia sólo concurrieron unos cuantos deseos insatisfechos, dos o tres actitudes desmedradas. Un propósito grandioso que había ofrecido venir envió a última hora su excusa humilde. Todo transcurrió en un silencio pavoroso.

Creo que el error consistió en la ruidosa proclama: trompetas y campanas, cohetes y tambores. Y para terminar, unos ingeniosos juegos de moral pirotécnica que se quedaron a medio arder.

Al final me hallé a solas conmigo mismo. Despojado de todos los atributos de caudillo, la medianoche me encontró cumpliendo un oficio de mera escribanía. Con los últimos restos del heroísmo emprendí la penosa tarea de redactar los artículos de una dilatada constitución que presentaré mañana a la asamblea general. El trabajo me ha divertido un poco, alejando de mi espíritu la triste impresión del fracaso.

Leves e insidiosos pensamientos de rebeldía vuelan como mariposas nocturnas en torno de la lámpara, mientras sobre los escombros de mi prosa jurídica, pasa de vez en cuando un tenue soplo de marsellesa.

Juan José Arreola,

México


viernes, 29 de febrero de 2008

LA CARTA, Violeta Parra



Me mandaron una carta
Por el correo temprano,
En esa carta me dicen
Que cayó preso mi hermano,
Y sin compasión, con grillos,
Por la calle lo arrastraron, sí.

La carta dice el motivo
De haber prendido a Roberto
Haber apoyado el paro
Que ya se había resuelto.
Si acaso esto es un motivo
Presa voy también, sargento, si.

Yo que me encuentro tan lejos
Esperando una noticia,
Me viene a decir la carta
Que en mi patria no hay justicia,
Los hambrientos piden pan,
Plomo les da la milicia, sí.

De esta manera pomposa
Quieren conservar su asiento
Los de abanico y de frac,
Sin tener merecimiento,
Van y vienen de la iglesia
Y olvidan los mandamientos, sí.

Habrase visto insolencia,
Barbarie y alevosía,
De presentar el trabuco
Y matar a sangre fría
A quien defensa no tiene
Con las dos manos vacías, si.

La carta que he recibido
Me pide contestación,
Yo pido que se propale
Por toda la población,
Que el «león» es un sanguinario
En toda generación, sí.

Por suerte tengo guitarra
Para llorar mi dolor,
También tengo nueve hermanos
Fuera del que se engrilló,
Los nueve son comunistas
Con el favor de mi Dios, sí.

Violeta Parra,
Chile

jueves, 28 de febrero de 2008

CANTIGA DE CLARIDAD, Thiago de Mello


Campesino, plantas el grano
En lo oscuro — y nace un albor.
Quiero llamarte hermano.

De noche, comiendo el pan
Siento el gusto de esa aurora
Que te despunta en la mano.

Haces de sombras un haz
De luz para multitudes.
Un compañero tan claro
Que vive en la oscuridad.

Y mientras no llegue el día
En que la tierra sea un reino
De trabajo y de alegría,
Cantando juntos alcemos
Armas de amor en acción.
La rosa ya se hace llama
Al hilo del corazón.

Campesino, plantas el grano
En el oscuro y ya nace el agua.
Un día serás el dueño
Del sueño verde del campo.
Nunca vi verde tan verde
Como el de tu corazón.


Thiago de Mello,
Brasil


miércoles, 27 de febrero de 2008

GRACIAS A LA VIDA, Violeta Parra




Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro,
Perfecto distingo lo negro del blanco,
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes el hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que, en todo su ancho,
Graba noche y día grillos y canarios;
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
Y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
Con él las palabras que pienso y declaro:
Madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
Con ellos anduve ciudades y charcos,
Playas y desiertos, montañas y llanos,
Y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano;
Cuando miro el bueno tan lejos del malo,
Cuando miro el fondo de tus ojos claros.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
Los dos materiales que forman mi canto,
Y el canto de ustedes que es el mismo canto
Y el canto de todos, que es mi propio canto.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Violeta Parra,
Chile


martes, 26 de febrero de 2008

ALABANZA DEL REVOLUCIONARIO, Bertolt Brecht


Cuando la opresión va a más
Muchos se desmoralizan,
Pero su valor crece.
Él es quien organiza su lucha
Por ese centavo del salario, por el agua del té
Y por el poder dentro del Estado.
Le pregunta a la propiedad:
¿Dé dónde eres?
Le pregunta a las ideas:
¿A quién sirven ustedes?

Allá donde reine el silencio
Hablará él.
Y donde impere la opresión y se hable del destino
Dirá él los nombres.

Allá donde él se siente a la mesa
Se sienta también el descontento.
La comida sabe mal
Y se reconoce que el cuarto es estrecho.

Allá donde lo persigan
Allá irá la rebelión y allá donde lo echen
Quedará la intranquilidad.

Bertolt Brecht,
Alemania

Texto proporcionado por Gustavo Pérez Hinojoza.