Estuve a punto de explotar de enojo,
Con unas ganas de patear enormes.
Desgañité improperios. Voz deforme
Fagocitó mis versos de amor rojo.
Casi-casi destripo los cerrojos
De la locura, y -como el de Tormes-
Del mundo todo me sentí inconforme,
Y sólo a un paso para irme de hinojos.
Sentí cual si me hubiera herido un bicho
De esos que refocilan en la podre,
O como si dejaran escapar un león.
La rabia (y preferir, mejor, el nicho)
Era -cual vino nuevo en viejos odres-
Julio Carmona
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