“El problema de la mujer siempre ha sido un problema de
hombres.” Simone de Beauvoir
Yo no estaba a tu lado y tú sí
al lado mío alada
Con tu silencio de siglos me
gritabas tu constancia
Y yo solo te veía con soberbia
de montaña
Con una obstinación infame y
tirana
Solo miraba mi rostro
reflejado en la distancia
Tu pasado me importaba solo
como un respaldo de butaca
Mientras que tú en él
acumulabas cataratas
De amor y de ternura te hacías
millonaria
De ahí tu fortaleza y tu
fuerza sin menguante
Con las que miras por mí y por
ti siempre adelante
Y vas a conquistar
el mundo que yo siempre he visto distante
Y postergué con
tontas guerras y tantos deplorables
Triunfos y hoy con
ojos que tú abres te miro admirable
Sabiendo que sin ti
nada existe y que el pasado y el presente y el futuro tienen no tu hombre sino tu
hambre
Julio Carmona
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