No me canso de leer
A este Vallejo
Con sus huesos humanos
Doliéndome en el verbo.
No me canso de hundir
Mi lengua en los múltiples
Ojos de Neruda
Y su última voz
Sonándome en la dicha.
No me detengo y tomo
Desde su amplio corazón
A Eluard y sus pulmones
Llenos de mundo y
“odio
al reino de los burgueses
al reino de los policías y los curas”.
No por eso mis demás
Amigos,
Compañeros del sueño
Y la vigilia,
Llegan a escarbarme menos:
Mis amigos
Me palpan con su amor
Mis asperezas.
Mis amigos,
Junto a Paul, Pablo y César,
Me exprimen la tenaz
Filantropía de la muerte
En este vacío de amor
Que me enardece.
Julio Carmona,
Perú
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